Because they know what I've been hidin'

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Tres semanas después.

Las cosas habían transcurrido bien, entre partidos y más salidas entre los dos enamorados, además de la notoria flexibilidad que le dieron a sus cachorros que aprovechaban lo más que podían, sobre todo Diego quien ya podía tener una relación que ahora sí parecía algo verdadero con Edson.

Guillermo y Lionel sabían aprovechar todo su tiempo, entre paseos, su estadía en casa del mayor y salidas con sus hijos se habían ido gran parte de sus días; el Alfa se sentía considerablemente más tranquilo a comparación de hace una semanas, la paz que lo invadía fue un cambio rápido para sus conocidos pero todos parecían contentos con su relación.

El caso de Messi no fue tan notorio como con Ochoa, se le veía con un destello diferente en su personalidad, más feliz que antes pese a los falsos reclamos de sus amigos por casi no pasar tiempo con ellos, lo entendían y querían ver a su capitán feliz, y vaya que Guillermo era parte clave en esa felicidad.

Con tan poco tiempo ambos se habían acercado tanto el uno al otro, compartieron sus propias inseguridades entre sí y aún así no se apartaron del otro; habían hablado de un futuro entre ellos que si bien era incierto, no parecían tener intenciones de tomar largos viajes de un lado del mundo a otro, de última se mudarían a un lugar muy lejano de sus países de origen, quien sabe.

Ambos se encontraban tan enfrascados en su futuro como pareja que parecieron olvidar el pequeño y desastroso detalle de que son futbolistas de talla mundial, y que tarde o temprano sucedería lo que ahora tenía realmente furioso al Alfa.

—Voy a matar a esos cabrones.

—Desearía no poder pararte pero eso haría un quilombo aún más grande y vos lo sabes.

Resulta que en uno de sus paseos por la ciudad habían sido vistos por gente de una cadena de medios de comunicación del país quienes no perdieron la oportunidad para fotografiar a ambos futbolistas sonriéndose el uno al otro, de milagro no los habían captado con sus manos entrelazadas.

Naturalmente Guillermo fue quien más se enojó con todo el asunto, él era en extremo precavido con su vida privada y más aún respecto a lo familiar y afectivo, que ahora hayan sido expuestos de esa manera comprometía su relación y no estaban ni cerca de siquiera considerar hacerla pública.

Eso último fue principalmente por Messi, quien había dicho que necesitaban tiempo y pensar muy bien cómo explicarían esto al mundo porque pese a no estar obligados, era mejor aclarar las cosas y evitar cualquier malentendido.

—¿Aún más grande? Leo, es nuestra pinche privacidad. —Dijo en medio de un gruñido, no quería desquitarse con el Omega pero lo notaba muy tranquilo. —Y que ni eso puedan respetar está de la chingada.

—Guille, si decís algo ahora nos vas a comprometer aún más a hablar y no creo que sea algo que vos quieras. —Intentaba razonar con el Alfa, pero vaya que era difícil. —Solo son fotos sonriéndonos, y agradece que solo es eso.

—Leo... esta vez fueron fotos con una sonrisa y ya, ¿qué hubiera sucedido si te abrazaba o besaba? Peor aún, ¿y si nos veían con los cachorros? —Ya parecía un poco más tranquilo, ahora estaba por sobre todo preocupado. —Sabes que es un tema aún más difícil decir que somos una especie de familia los cinco y no voy a permitir que empiecen a acosar a alguno de nosotros solo por eso.

El Omega se mantuvo en silencio, el mayor tenía la razón en todo, lo sabía, se acercó a él a tomar su mano. —No voy a darle atención a las preguntas de la prensa sobre esto, pasé años escondiendo lo de mi cachorro igual que vos, si diré algo será cuando vos y yo estemos listos, no antes.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora