When you play, don't you mind what you say

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La cosa más segura que toda la familia tenía eran ellos mismos, sin importar en qué clase de situaciones se hayan dado todos los vínculos entre sí, se amaban, protegían y ayudaban independientemente de todo lo que la vida interpusiera en sus caminos.

Desde la complicada juventud de Guillermo que hizo hasta lo imposible para que la niñez de Kevin y Diego fuera feliz y con todo lo necesario, importándole poco o nada las noches en vela que lo mantuvieron lleno de frustración y lágrimas al ser el único momento donde podía descargar sus emociones pero ni siquiera así dejó de sentir toda esa adoración por sus cachorros.

O que Julián haya pasado por un infierno antes de conocer Lionel quien era feliz pero siempre se sintió incompleto y solo a pesar de todo hasta la llegada de un pequeño nene que lo miró con miedo por razones que en su momento no entendía, y cuando lo hizo movió tierra, mar y cielo solo para poder dejar de percibir tristeza pura en el cachorro que aún con todo, tardó demasiado en sonreírle de manera sincera.

Un niño cuidando a dos bebés y un joven adulto que olvidó la realidad de muchas cosas.

Fueron Guillermo y Lionel contra la crueldad el mundo por mucho tiempo.

La vida no les preparó para nada y aún así salieron adelante porque sus pequeños los necesitaban, quizás y solo quizás, simplemente tenían que estar con ellos.

El destino fue impecablemente desastroso para Guillermo y Lionel, uno más a la deriva que el otro pero finalmente perdidos en sus propios tormentos; mientras que el Alfa era simple de derrumbar pese a su personalidad fuerte, propia de su casta, pero que a la mínima perturbación explotaba, el Omega no se quebrantaba de manera tan fácil emocionalmente aunque se permitía dejar salir sus emociones de otra manera al tener un mejor control sobre ellas.

Cosa que hasta la fecha no sucedía con Ochoa, y Messi constantemente se preguntaba cuánto más tenía por llorar su Alfa, aunque eso no importaba, él estará ahí y limpiará cada una de sus lágrimas de ser necesario.

Así como sucedió con los cachorros con los cuales conocieron la fuerza del destino, ellos se probaron de nuevo en ese ruedo con resultados turbulentos en un principio pero que ahora agradecían.

Pasaron a ser uno solo y así reforzaron los cimientos de su familia.

Siendo ahora los Ochoa-Messi contra un mundo igualmente cruel, pero más preparados y conscientes de que no todo era felicidad, que atravesarían momentos difíciles pero nunca dudarían de lo que ambos buscaron inconscientemente por años.

El amor de su familia.

[ ... ]

Finalmente había llegado el día, luego de dos tortuosas semanas más un día, nuevamente volvería a ver a su Omega. Podría parecer exagerado, pero desde el mundial realizado en 2022 no se habían separado así, lidiaron con la distancia casi tres años para luego vivir otros cuatro uno junto al otro, por ello ambos resintieron alejarse así tan de repente.

Guillermo había llevado a sus cachorros a la primaria, poniendo más atención a la temerosa actitud de su hija pero acordó consigo mismo que no haría ni preguntaría nada sin Lionel ahí. Luego de despedirse condujo en cuanto antes hacia el aeropuerto, desconociendo si su pareja ya habría llegado pero no podía con la espera.

Para cuando se estaba estacionando recibió una llamada que no dudó en contestar. —Leo...

¿Guille? —Esa hermosa voz de nuevo. —Sé que no sabías cuando llegaría pero acabo de hacerlo, y yo... bueno si vos aún estás muy lejos u ocupado puedo pedirle al chófer que venga por mí y-

—¡No! —Interrumpió de inmediato el Alfa, casi en un gruñido. —No vas a irte con nadie que no sea conmigo a nuestro hogar.

¿Vos... estás cerca? —Pregunta algo nervioso, había olvidado lo instintivo que era su Alfa cuando pasaban tiempo alejados y se volvían a encontrar, más no esperaba que se fuera a comportar así con tan solo dos semanas.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora