Take a sad song and make it better

5.5K 802 505
                                    

A la mañana siguiente esperaban tener un día más tranquilo, no tenían partido ni entrenamiento por hoy así que podían estar más relajados aún. Solo que el argentino tendría que regresar al hotel, aunque no quisiera y adorara usar la ropa del Alfa tarde o temprano volvería al lugar y explicar algo de lo sucedido con Ochoa quien se veía visiblemente triste ante la idea de que el menor se fuera.

—No me pongas esa cara o harás que me quede. —Decía el Omega viendo el pequeño puchero del Alfa. —Estaremos unas semanas aquí, no es como que me vaya a ir de un día para otro.

—Lo sé, lo sé, pero no me gusta estar solo. —Eso era una mentira, pero el menor no necesitaba saber eso. Disfrutaba estar solo pero más disfrutaba estar con el Omega

—Tenés a Kevin y Diego.

Guillermo enarcó su ceja. —Después de los desmadres que hicieron ayer me parece que tengo suficiente de ellos por ahora. —Mordió su labio algo dudoso. —Tú... ¿todo bien con Julián?

Messi suspiró dejando de lado la taza casi vacía de café en la barra de la cocina. —Tiene un carácter difícil, pero ya se le pasará, esta situación le tomó por sorpresa. —Dijo finalmente.

—Creo que a todos lo hizo, pero aún así quiero hablar con él, lo puedo entender en cierta parte y aunque me odie en algún momento tendremos que volver a vernos.

—Yo no sé qué haría si tus cachorros me odiaran. —Confesó algo apenado el menor, no quería ni imaginarse en una situación así.

—Por suerte no lo hacen, si ellos ya eran fanáticos tuyos ahora te adoran aún más, y no son tan territoriales conmigo por suerte.

—Lo tomaré como algo bueno, y es fácil encariñarse con ellos.

—Si quieres te los regalo, aquí solo me hacen pasar corajes.

Lionel soltó una risa. —¿Puedo saber cómo alguien con tu... personalidad terminó siendo padre de dos cachorros algo revoltosos?

Estaba intrigado, podía teorizar demasiadas cosas con esa relación pero quería escuchar esa historia que seguramente sería algo surrealista, eran mexicanos, no podían tener una historia familiar sin alguna situación irreal o eso es lo que todo mundo dice de ellos.

Antes de comenzar a contarle aparecieron los dos jóvenes aún adormilados, despeinados y Kevin bostezando.

—A uno lo encontré en la basura y a otro en la pila de un pueblo mágico. —Dijo con total naturalidad Ochoa mientras veía algo mal a sus niños y escuchaba la risa de Messi. —Diez de la mañana y apenas despiertan, ustedes abusan cuando vienen aquí.

—¿Eres una madre o un padre? —Se quejó Lainez mientras tallaba su ojo.

—Su pinche padre, ahora mójense la cara o algo, cuando solo yo esté aquí muéstrense como quieran pero si tenemos visitas no los quiero todos fodongos y con lagañas del tamaño de una pestaña, arréglense tantito y luego vienen a desayunar. —Regañó, debería de darle algo de pena con el otro Omega ahí pero después de lo sucedido ayer realmente poco le importaba.

Ambos se fueron por donde vinieron, aunque probablemente se irían a dormir de nuevo.

—Ya, cómo terminaron estos nenes en tu vida. —Insistió el menor.

—Lo del pueblo mágico es medio cierto. —Empezó con su relato. —México no es un país con mucha calidez familiar, es tan normal ver a gente abandonando cachorros o incluso peor. —Un mohín se formó en sus labios. —Ellos fueron uno de esos casos, se podría decir que realmente los encontré en algo peor que la basura.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora