La semana transcurrió rápida y los miembros de aquella familia se encargaban de preparar todo para su pequeña reunión; los hijos mayores del matrimonio asegurándose de llevar todo para su estancia, los menores emocionados por ver a sus hermanos después de mucho tiempo y la pareja solo esperaba que nada saliera mal o fuera incómodo.
Aunque con ellos ya ninguno sabía qué esperar.
Esa mañana Lionel y Guillermo no habían despertado tan temprano como acostumbraban, podría ser por cansancio o solamente quisieron ser un poco más felices y no hacerle caso a la alarma, cual fuese el caso, la vida se encargó de recordarle al Alfa que tenía hijos cuando sintió como a mitad de su sueño algo le sacó de manera literal todo el aire.
Sus ojos se abrieron de golpe y cuando volteó vio a sus dos hijos varones encima suyo con una expresión que delataba reproche, se las devolvió. —¿Ustedes qué o qué? ¿Qué les debo como para que me traten tan mal?
—Tenemos hambre. —Dijeron al unísono.
El Alfa gimió frustrado e intentó volver a acomodarse. —Cómanse entre ustedes, órale córranle.
Lucciana veía todo desde el lado donde estaba su padre Omega quien iba despertando apenas por la disputa entre Thiago y Ciro con Guillermo, aunque prefirió dejar que ellos arreglaran sus asuntos y volteó a ver a su hija.
—¿Alcanzamos a llevarlos o ni siquiera hacemos el intento? —Preguntó a la niña quien pareció pensarlo.
—A mi papi no le gusta ir a las carreras. —Fue lo único que respondió y Lionel con cierta resignación suspiró, afortunadamente sus hijos no habían faltado mucho en este ciclo escolar.
Y de igual forma, hoy llegarían sus otros cachorros, no les quitaría tiempo para que convivieran entre ellos.
Se levantó de la cama mientras veía como sus otros dos hijos seguían de insistentes con su esposo, sonrió para colocarse sus pantuflas y cargar a su hija, sabía que no era necesario pero quería sentirse útil y sentir que estaba protegiendo a su cachorra. Con ella en brazos salió del cuarto para dirigirse a la cocina.
Dejando a su Alfa con los dos niños encima de él exigiéndole que ya se levantara y entre más respuestas negativas recibían, más chingaban Thiago y Ciro.
—¡Ya pues, ya estuvo suave! —Exigió finalmente sentándose en la cama y mirando mal a los cachorros, quienes nuevamente le devolvieron la mirada. —No se hagan, querían faltar a la escuela.
—Hoy llegan Kevin, Diego y Julián. —Se excusó Thiago.
—¿Están seguros de que solo es por eso? —Inquirió un tanto más serio ahora.
Los dos niños se miraron entre ellos y antes de darle una respuesta a su padre se fueron corriendo del cuarto dejando al Alfa con una sensación poco tranquila en su pecho, ahora solo esperaba que nada fuera a salir mal en estos días, no sabía si podría lidiar con otra situación como la de su hija al mismo tiempo.
Aunque los mayores no tendrían que seguirles dando problemas, ¿cierto?
Se estiró antes de levantarse e ir a buscar a los miembros de su familia más tranquilos, encontrándose con su esposo aún con su hija en brazos que apenas iban llegando a la cocina, sonrió al verles y se quedó una rato más apartado.
—¿Qué querés de desayunar, Luci? —Preguntó Lionel dulcemente al dejarla en una silla, aunque el Omega fue inmediatamente a calentar agua.
—¿Puedes hacer hotcakes? —Sugirió tímidamente la pequeña, luego sonrió un poco. —¿Y podemos tomar mate?
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Kevin
Fanfiction•͈ ┈─ How can we not talk about family when family's all that we got? Guillermo es un hombre solitario, con un único brillo en su vida el cual no cambiaría por nada en ella. Su razón de ser y esforzarse fue lo mismo que lo privó de d...