I'll be singing to the birds

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Antes de cualquier otra cita con el doctor que atendería el seguimiento de su embarazo Lionel tenía una cosa muy clara:

Quiere un nido.

Nunca había hecho uno o mejor dicho nunca había hecho uno con pertenencias que no fueran suyas, lo que hizo en Croacia cuando estuvo separado de Guillermo no podría llamarse nido, la cama era muy pequeña y no tenía suficiente ropa de su Alfa.

Pero ahora tenía toda la cama para él solo y la suficiente ropa del mayor y de sus cachorros, una de las sugerencias que más se les da a los Omegas en cinta en construir un nido con olores familiares, principalmente su Alfa y sus cachorros si es que ya tenía; tenía ambos y todo un día para armarlo.

Sin saber por dónde comenzar, Guillermo le ofreció su ayuda pero el menor se negó, quería darle una sorpresa y el otro aceptó diciéndole que podía sacar cuanta ropa fuera necesaria de su armario; los cachorros por igual le llevaron ropa suya y ahora estaban los cuatro en la sala esperando a que Messi saliera del cuarto.

—¿No creen que se está tardando demasiado? —Pregunta el mayor, un tanto ansioso, miro a los dos Omegas. —¿Tan difícil es hacer un nido?

—Nunca he hecho uno, pero me imagino que es complicado hacer que tanta ropa no se desbarate apenas te acuestes. —Respondió Kevin un tanto pensativo, luego miró a Julián. —¿Ya había hecho un nido antes?

El argentino se encogió en su lugar. —Cuando empecé a vivir con él dormíamos juntos, yo tenía mi pieza pero ya saben que él siempre te hace sentir seguro... hizo un nido con su ropa para nosotros, no recuerdo cuánto tardó pero ahora tiene que hacerlo para él y para vos, Guillermo, un nido más grande y mejor hecho.

Se estremeció con la sola idea. —¿Yo también tengo que entrar en el nido? —Era más que claro que era un inexperto en eso, tener dos hijos Omegas era totalmente diferente a tener de pareja a uno.

—¿Dónde pensaste que dormirías tú? —Cuestionó Diego algo burlón. —Se supone que es para hacer sentir seguro a Leo y que no resienta tu ausencia, debe de estar lleno de tus feromonas por si un día estás sales por mucho tiempo y lo dejas solo.

Los tres presentes se quedaron sorprendidos por el conocimiento del Omega sobre todo eso. —¿Cómo sabes todo eso? —Pregunta Kevin.

—¿Acaso soy el único que se interesa por su subgénero? Eso también lo deberían de saber tú y mi papá, los nidos no solo se hacen en los embarazos, algunos Omegas los hacen cuando están en celo o cuidan de sus cachorros, depende de cada uno, pero no olvides decirle que le quedó muy bonito o se va a agüitar.

—¿Creen que siga con el nido cuando nazcan? —Guillermo seguía procesando la información.

—Tendría que agrandarlo bastante, son trillizos. —Comentó Julián. —Y nos dejaría sin ropa, en especial a vos.

—Trillizos... —Repitió el Alfa. —Sigo sin creer que tendré otros tres hijos.

—Espero no te vuelvan loco.

—Yo quedé loco desde que los adopté a ustedes. —Miró algo mal a los dos Omegas. —Pero lo único que espero del embarazo, además de que todos nazcan bien, es tener una niña.

Los menores se miraron algo confundidos, eso era algo que definitivamente no esperaban escuchar. —¿Una niña?

Guillermo asintió con una sonrisa. —Quizás sea más complicado que un niño, no lo sé, pero siempre quise una...

Antes de ser inundado de preguntas, el olor de un emocionado Omega llegó a la sala; Lionel lucía radiantemente feliz, contagió su sonrisa al mayor.

—¿Cómo va tu nido? —Preguntó suavemente Guillermo.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora