I am loved, I am loved

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El escozor que tenía en sus manos comenzaba a extenderse por todo su cuerpo, quería golpear su cabeza contra el volante a ver si así conseguía que el tiempo fuera más rápido, o mejor dicho, el tráfico.

No solía molestarle quedarse atorado en un típico embotellamiento de la ciudad pero eso era cuando estaba soltero, y sin ningún pequeño Omega argentino embarazado de sus trillizos esperando por él en casa solo para llenarlo de besos, mimos y cumplirle hasta el más mínimo capricho.

¿Le molestaba llegar a verse ridículo cuando hablaba de Lionel? No le importaba, ni que lo vieran sus amigos y compañeros de selección que ni siquiera lo reconocerían, Guillermo no era maleducado pero nunca nadie lo había visto con pareja, mucho menos tan, tan enamorado de una persona que incluso para sus hijos era raro.

Pero nadie se oponía, era el mismísimo Lionel Messi quien conquistó a ese portero.

Y mejor que Messi, ¿quién?

Ahora regresando al tema de las relaciones, el rizado era prácticamente virgen en ese campo, eso quedaba más que evidenciado desde las citas que tuvo con su Omega hasta el como se comportaba con él, se sentía peor que cualquier chico de telenovela mexicana en esos momentos, poco le faltaba para pedirle matrimonio con ayuda de una cartulina y serenata a su casa.

Guillermo no quería parecer un inmaduro o algo por el estilo pero se creía bastante capaz de, en un momento de aburrimiento, dibujarse a él y a Lionel aunque sea con monitos de palitos en una servilleta.

El chaparro realmente lo tenía mal y él no sabía cómo reaccionar, ¿qué hacer en esos casos? Recuerda que hace unas semanas, cuando Lionel le dijo por primera vez el temido "Te amo" casi se ahogó con lo que estaba bebiendo y no encontró mejor respuesta que un "¿Por qué?"

Nunca fue amado de esa manera, su nulo conocimiento era de esperarse y eso solo enterneció al Omega, quien le tuvo paciencia y solo describía lo especial que le hacía sentir; Lionel le explicó que era esa clase de amor.

Sentirse a salvo, feliz entre los brazos de esa persona especial que, aunque a veces no fluyera demasiado la comunicación entre ambos ese hermoso lazo estaría ahí para convertirse en su lugar seguro, en su hogar porque más allá del Omega y el Alfa, tenía que haber un amor entre sus lados racionales.

Lionel admitió que no supo qué amar de Guillermo primero, que no sabía por dónde comenzar.

Ochoa supo entonces que amó a Messi desde el primer instante.

Pues los cosquilleos por su cuerpo al ver su sonrisa, o la calidez que en su pecho se formaba al verlo bebiendo mate, incluso cuando se molestaba, todo le hacía al Alfa sentir algo más que escalofríos y lo que por mucho tiempo pensó era un cuento de hadas ahora lo estaba viviendo en carne propia.

Aunque estaría mejor vivirlo en su casa y no atrapado entre tantos vehículos bajo un infernal calor; cuando dijo que se retiraría de su club para cuidar de su Omega embarazado no pensó que tendría que hacer tanto papeleo y de manera presencial, aunque ser bombardeado de preguntas era algo que esperaba le resultó una exageración haber estado en ese lugar por horas.

No imaginaba como la estaría pasando Lionel con ese mismo tema pero ambos decidieron dejar a un lado todo ese mundo para concentrarse en el nuevo que se formaba en el vientre del Omega.

Hablando del susodicho, una llamada suya entró a su celular y el mayor se alarmó un poco pero tuvo que responder.

—¿Hola?

Guille, ¿todo bien? —La suave voz cubierta en un tono preocupado hizo que más de esas mariposas se alborotaran en él.

—Tráfico, mucho más de lo que esperaba, Leo sé que dije que estaría ahí para comer contigo pero si ustedes ya necesitan comer háganlo.

KevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora