Kevin

Livin' easy, lovin' free

Lejos de las jodas de los argentinos con Ochoa y de un Messi con sombrero de mariachi cortesía de los mexicanos, estaban dos Omegas y un Alfa en el departamento de uno de los primeros, bastante tranquilos de hecho.

Solo veían una película por idea de Diego, Kevin estaba ahí por metiche más que nada pues después de dejar a Julián cuando terminaron de comer fue de entrometido con su hermano sin saber que Edson llegaría poco después y como le encantaba molestarlos, se quedó ahí; además de que independientemente de que fuera un Omega, era el mayor entre los cachorros de Guillermo y la preocupación era inevitable.

El Alfa no se veía molesto con eso, en entrenamientos o partidos de la selección estaba tan acostumbrado a no poder ni abrazar a Lainez sin sentir que la mirada de Ochoa lo fuer a asesinar, con Kevin ahí podía abrazarlo sin tener que temer por su vida.

Aunque Diego no estaba tan contento con el otro Omega ahí, quería estar a solas con su casi algo. —¿No te están esperando en algún lugar, Kevin?

—Puede que sí, puede que no, ¿cuánto tiempo más te vas a quedar aquí, Edson? —Miró al nombrado.

—Pensaba en quedarme a dormir...

—Entonces no me esperan en ningún lado. —Le sonrió a su hermano quien no solía molestarse pero ahora parecía ser una excepción. —Perdón, de haber sabido que Edson estaría aquí me iba para otro lado, si me hubieras dicho que estarían de novios aquí-

—Me hubieras amenazado con decirle a mi papá y suficiente corajes ha hecho en estos días como para rematar con esto.

Edson estaba tan acostumbrado a sus pequeñas discusiones que no se le hizo nada raro esto. —¿Corajes? Tenemos suerte de seguir vivos, no mames, si siguiera con los chinitos se le hubieran caído en estos días.

—¿Ahora qué le hicieron al pobre de Memo?

—Que Diego te platique, él fue el de la idea.

Ambas miradas fueron al Omega y éste suspiró, apagó la televisión pues eso era una historia que ciertamente estaba ansioso por contar o por lo menos lo que recordaba.

—Primero que nada, esto no se le digas a nadie... pero mi papá tiene ondas con Messi. —El mayor abrió la boca por la sorpresa, estaba sin palabras. —A nadie, pinche Edson que esto es asunto familiar.

Se conmovió al ser considerado como tal, pero estaba recibiendo más dudas de las que esperaba. —Me halagas, Diego... ¿pero cómo por qué chingados el mejor del mundo estaría ligando con tu papá?

—Que te lo platique Kevin.

El Alfa volteó a ver al otro Omega, este se encogió de hombros con una sonrisa. —Le mentí a Memo diciéndole que la selección argentina se había olvidado de Leo y según yo le iba a dar raite a su hotel, no esperaba que se lo fuera a llevar a la casa pero ya ves... nunca esperé que fuera a funcionar.

—¿Cómo es que puedes planear eso y no saber dividir con punto decimal?

—Eso te vale madres, y tú tampoco sabes, no mames.

—Se están desviando del tema...

Sí, parecían unas viejitas chismosas de cualquier vecindario pero era inevitable cuando tenían anécdotas así de buenas, más aún en tan poco tiempo.

—Como sea. Messi salió con que también tiene un hijo y con solo decirte que tiene el carácter de mi papá te harás la idea.

Edson se estremeció ligeramente mientras asentía.

—Le partió la madre a Memo o lo intentó, por eso trae la cicatriz en el labio. —Continuó Kevin con la historia. —Y mi papá anda muy clavado con Leo así que nos pidió que nos lleváramos bien con el huerco, primero salimos a comer los cinco, luego ellos le dieron pa' su lado y nosotros, bueno...