VICTORIA Y HONOR (COMPLETA)

CAPÍTULO VEINTIOCHO

ARABELLA

La vida cambia en un segundo, es una extraña fuerza que jamás puedes controlar y que por más que te esfuerces no puedes dominar y ahora yo lo he comprobado en carne propia.

Para el mundo el sueño olímpico de Arabella Ferrera la tenista había terminado de una forma espantosa, fractura en la rodilla y con una cirugía de emergencia, para la Arabella original, la auténtica, la que solo unos pocos han podido conocer esto es una oportunidad de volver a levantarme, de resurgir de las cenizas, de volverme imparable. 

Así como nuestro paso en esta vida está escrito a lápiz y fácil se puede borrar o cambiar yo tengo el poder para decidir cuál es mi siguiente paso, tal vez ahora las heridas físicas no me dejen hacer mucho o en realidad nada, pero dentro de muy poco estaré levantándome y luchando por trazarme nuevas metas, para mí la vida es así, nada domino, nada controlo pero yo decido qué sucede.

Comenzando con Octavio, ahora tengo a Octavio en mi vida y eso es una señal que yo decido llamar como una buena decisión, ahí frente, a treinta mil espectadores le grito al mundo nuestro nuevo inicio, ridículamente cursi si me lo preguntan, es ilógico para muchos y algo difícil de entender incluso para mí, pero lo acepto y admito que me gusto. En esta nueva faceta estoy redescubriéndome yo pero también estoy conociendo a un increíble ser humano con facetas excepcionales.

La sorpresa de ver cara a cara el más grande error de mi pasado es algo que me lastimo mental y emocionalmente no puedo negarlo junto con lo sorprendente de que en un millón de posibilidades en este universo las cuerdas del destino nos jugaron en contra y trajeron delante de nosotros a Izan, el rencor aún está arraigado dentro de mí y siento mucho desprecio por el ser humano en el que se ha convertido, pero también entiendo que si continuo jalando sentimientos negativos no puedo avanzar a mejores etapas, situaciones como estas son de esas extrañas contradicciones en donde sientes que debes hacer lo correcto pero te tienta de igual forma lo que es incorrecto. Por respeto a mi salud mental deje pasar lo sucedido, me he prometido no darle más vueltas al asunto y disfrutar al lado de mi ahora novio su celebración por llegar tan alto en el podio.

Fue una proeza salir de Alemania y llegar a salvo a San Francisco, Octavio por obvias razones estaba más que obligado a viajar, primero a Washington justo en la casa blanca donde se haría una ceremonia en honor por su reciente medalla, conoció al presidente y estuvo en una cena de gala, después de eso el pobre de por sí ya odia a los medios de comunicación y ellos no lo han dejado ni respirar de tantas entrevistas y sesiones de fotos, yo por otro lado he estado bastante a gusto descansando en mi casa, bueno en la casa de mis padres donde a regañadientes me obligaron a quedarme.

— Otra vez viendo lo misma entrevista  ¿no te cansas? — la garrapata de Sebastien se lanza sobre la cama quedando a mi lado, trata de tomar el control remoto pero le pegó un golpe en la mano y lo suelta — No sé por qué no dejas de ver esa basura, en su lugar podríamos ver algo más entretenido....

— No molestes a tu hermana ... — mi abuela lo mira fijamente y lo señala con su gancho de tejer, cualquier objeto es peligroso en manos de esa señora — Obedece y haz algo de provecho...

— Yo hago muchas cosas de provecho abuela...

— Así ¿cómo qué? — el aludido se queda pensativo pero al parecer no puede formular una respuesta coherente en su pequeño cerebro — Vez, no has hecho nada de provecho en todo el día...

— Claro que sí abuela — pasa un brazo por mis hombros quedando medio abrazados — He consolado a una pobre alma en desgracia... — me estruja más hacia su pecho por tonto le pego un sape en la cabeza y él se trata de sobar