CAPÍTULO TREINTA Y DOS

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ARABELLA

Sweater weather (the neighbourhood) sonaba en mis auriculares mientras el avión desciende en tierras árabes, cuando rasgue el sobre y saque el par de pases de abordar jamás imaginé llegar hasta este lugar del mundo acompañada de mi otra mitad, Octavio y yo salimos del avión y lo que hay delante de nosotros es lujo y excentricismo en su máxima expresión, el sol pega en su punto más alto pero gracias al aire acondicionado en todas partes no logras sentirte acalorado.

Pasamos aduanas y recogemos nuestro equipaje, vengo en blanco porque no sé qué tiene planeado el castaño a mi lado.

— Llegó nuestro transporte — ¿eso no puede ser nuestro transporte? niego rotundamente pero él castaño asiente frenéticamente

Mi sueño se cumplirá, viajaré en Lamborghini por Dubái.

— Sube — abre la puerta del copiloto, tendré un orgasmo visual con tanta elegancia frente a mí, subimos y cuando enciende la bestia ruge con fuerza al primer acelerado — Salgamos de aquí

Las carreteras son enormes y rectas perfectas para sacarle el jugo necesario a este motor, viaje a cientos de lugares con mis padres pero nunca a un país como este, Octavio se luce pisando más y más el acelerador, por el camino vamos viendo de todos colores, formas y tamaños autos de lujo, saben vivir la vida en su máximo esplendor, menos de treinta minutos nos tomó llegar al hotel, seguido de registrarnos y descansar un par de horas bajamos a cenar, pero dios, que comidas muy condimentadas, muchos sabores y exceso de especies, aun así se convierte en un gusto culposo probar tanta comida. Si valieron las veinte horas de vuelo más cinco horas de escala, para cuando acabamos de comer estábamos agotados que lo único que hicimos fue dormir, mañana nos esperan muchas aventuras.

Octavio me despertó a las seis de la mañana y no puedo creer que ya estaba de día, insistió como mosquito hasta que no acepte ir al gimnasio con él y entrenar un rato, por amor al cielo no vine hasta el otro lado del mundo para hacer ejercicio, para el medio día nos unimos a un grupo de turistas y salimos rumbo a una excursión de tres días al desierto.

Tal como Instagram y YouTube lo decían, no mentían, el tour era prácticamente acampar en el desierto aunque diría que con mucho lujo y comodidades, las carpas estaban acondicionadas y reconfortantes.

— ¿Hay espacio para mí? — tan pronto había terminado de acomodar nuestras cosas en la carpa Octavio ya se había adueñado de la hamaca

— Ven — se movió y me dejó un hueco a su costado derecho, teníamos una vista hermosa al desierto por ser invierno el sol disminuye un poco pero aún se sentía calor — ¿Habías venido antes?

— Nunca — nos meció un poco — Gracias por traerme hasta aquí

— De nada — escuchaba el latir sereno de su corazón

Mi mente vagó a un rinconcito que estos días he estado evadiendo, "matrimonio", en su departamento con esa sencilla frase me rompió muros que no sabía que tenía, antes de Izan yo lo veía como una necesidad humana, después de él como una pérdida de tiempo pero ahora llega Octavio y me mueve todo eso porque él hace que me cree nuevas expectativas en mi vida y que desee llegar más lejos con él, ahora sé que cuando amas a alguien te quieres quedar con ese alguien toda la vida y lo que siento con él no lo he sentido jamás. Es un sentimiento aterrador pero también especial cuando dejo que mi mente vuele en todos los escenarios lo veo a él acompañándome.

— ¿Qué dices...? — mente regresa a la tierra

— ¿Como? — una carcajada sale de su boca y me recompongo — No escuche...

VICTORIA Y HONOR (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora