CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

2.8K 202 24
                                    

ARABELLA

"Y vivieron felices para siempre con cincuenta hijos, un perro y una hipoteca que no podían mantener, colorín colorado este cuento se ha acabado"

Basura sentimentalista.

A quién engaño con estas cosas y sobre todo con nosotros no funciona de ese modo, ¡Bonita la luna de miel! Nótese el sarcasmo. Ya son casi cinco semanas las que llevamos casados y no hemos podido vacacionar ni un solo día, la razón, los entrenamientos del castaño están en pleno apogeo, siguiente razón por la que estamos viviendo en Los Ángeles, planeábamos quedarnos en San Francisco pero lograr acomodar nuestros horarios era un dolor de cabeza, lo mejor fue mudarnos temporalmente hasta su antiguo departamento en esta ciudad, lo recalcó, es temporal, porque tenemos planes futuros que no se moverán por nada.

— ¡Ya llegué! — escucho el ruido de las llaves sobre el perchero, sus brazos rodeándome por la espalda caen sobre mí, deja un beso húmedo en mi cuello — ¿Cómo te fue hoy? — lo veo tomar una manzana y la muerde, un poco del juego cae de su boca

— No estuvo nada mal...

— Te lo dije... — de reojo lo miro con mala cara y el solo sonríe — Vamos, debes darme la razón y lo sabes — se acomoda sobre una silla de la barra y se queda observándome fijamente, aun cuando nuestra distancia es buena puedo sentir lo pendiente que esté de mis movimientos, dejó de mover lo que está cocinándose para acomodarme en la silla frente a él

— Bien, lo admito, fue bueno regresar a mis entrenamientos...

— Justo eso quería oír — se levanta de un salto hasta llegar a mí para abrazarme muy fuerte — Mi esposa, es una campeona y eso no se discute...

Me hizo que le platicara cada cosa que hice durante mi entrenamiento, como me sentía y que tan cansada había quedado, toda la cena me escuchó pacientemente hasta que llegó el momento de la duda resolutiva.

— ¿Cuál será tu siguiente movimiento? — arqueo una ceja dudoso en mi dirección, la típica mirada de te conozco y sé qué harás, un hoyuelo se asomó en su mejilla

— Si ya lo sabes, no debes preguntar — le sonreí de lado

— Pues quiero oírlo de tu boca ...

— Iniciare mi preparación para la temporada — casi grité pero él se puso a aplaudir frenéticamente

— !Esa es mi esposa¡

Sin su apoyo durante estos meses nada sería posible, el miedo es un traidor muy silencioso porque antes de la boda quise entrenar pero cuando estuve en el campo me paralice y no pude hacerlo, fue hasta hace unas semanas que me puse a pensarlo detenidamente, fue mucho el estrés que explote en una sesión de mi terapia y cuando regrese a casa estaba bastante confusa pero el castaño me escucho, apoyó y se quedó conmigo hasta que me tranquilice, al día siguiente lo tenía claro, yo no abandonaría de esa forma mi sueño, me lo debía a misma, siempre me he levantado y de esto también lo hare. 

Aquí estamos, mi esposo entrena y yo también lo hago. Darío y Laura han sido un pilar enorme también en esta recuperación, de ellos fue la idea para que asistiera a terapia psicológica, yo consideraba que mi salud mental era buena pero un poco de ayuda no me cayó nada mal, ahora me esfuerzo cada día por mejorar en lo que pueda. Ellos no se quisieron quedar atrás y me han seguido hasta aquí con tal de no dejarme sola, obviamente Darío sigue siendo mi entrenador y Laura mi manager, el resto de mi familia siguen con sus vidas en San Francisco a excepción de la garrapata que se ha ido a Londres por el trabajo en la empresa y su maestría, trate de apoyarlo tanto como me ha sido posible para que no se sintiera presionado en hacer cosas que no quería hacer, espero haber sido de ayuda, al final insistió en que siente bien y que está tranquilo solo por eso lo he dejaron en paz con el tema. 

VICTORIA Y HONOR (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora