CAPÍTULO CUARENTA

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OCTAVIO

¡Es niña!

¡Voy a ser papá de una niña!

Los brazos de mi mujer alrededor de mi cuello son la mejor sensación del mundo, su risa llena todo mi sistema, nuestras familias están emocionadas al igual que nosotros, todos sumamente contentos recibiremos a la bebe más preciosa del mundo en nuestros brazos. 

Un día más que se suma a la lista de los que nunca olvidaré.

— ¡Tendremos una niña! — estruja con fuerza mis cachetes, aun con lo grande que está su vientre no deja de saltar y gritar, el cielo se sigue iluminado con los fuegos artificiales — ¡Tendremos una niña! ¡Seremos padres castaño!

Los nervios desde que lo supe no me han dejado un solo día, no hay momento en el día en que no me ponga a pensar en todo lo que nos espera, lo admito mis sentimientos han estado a flote en estas últimas semanas y supongo que seguirán creciendo conforme la fecha se siga acercando, la rubia no deja de ir de un lado a otro comprando las cosas necesarias, se pasa el día tocándose la barriga, come más de lo normal y no ha dejado de insistir con el nombre, gracias al cielo es niña, y no tendrá que llevará la penitencia de cargar con un nombre mío, siempre he odiado Everett y ha sido hasta ahora que cuando la rubia está molesta me grita de esa forma, solo por eso lo puedo tolerar un poco más.

Según la obstetra estamos a menos de tres semanas para la fecha de parto, por órdenes médicas será un parto natural ya que las condiciones son más favorables, hemos discutido bastante donde tenerlo, aquí en Austin por la distancia el hospital queda a dos horas, si llega de sorpresa eso es un riesgo, en una balanza la idea de irnos a San Francisco se ve más tentadora, y creo que es la ganadora.

— Podrían darse cuenta y eso no es del todo bueno... — sigue metiendo las cosas en la maleta — Yo no quiero que la cara de mi bebe salga en los periódicos al día siguiente...

— Eso no pasará rubia, ya hable con Lucas y Laura ellos se encargaran de disminuir el impacto, recuerdas todo lo que batallaron cuando se supo lo de la boda bueno pues ahora quieren trabajar más por la llegada de su sobrina...

— Que grandes esperanzas..

Al final si nos decidimos por ir a San Francisco.

Fue un vuelo relativamente corto y sin complicaciones, sus padres nos recibieron en el aeropuerto, la rubia llegó agotada cayó rendida a los brazos de Morfeo. 

Me quede buen rato jugando al billar con Sebastien, lleva semanas muy extraño lo conozco lo suficiente como para saberlo.

— Ya decidimos quienes serán los padrinos... — detiene sus movimientos y levanta la cabeza en mi dirección

— ¿Quiénes son los ganadores? había una gran lista de prospectos...

— Se supone que es secreto de estado — le pego con el mazo a la pelota roja y entra en el agujero — Si la rubia lo sabe mañana podría amanecer con san pedro...

— No lo hagas tanto de emoción y dime...

— Tu y Paula .... — una media sonrisa pinta su boca y asiente — ¿Que no te emociona lo suficiente cuñado?

— Si — un suspiro pesado sale de su boca, se nota más distraído de lo normal — Supongo que es mucha responsabilidad, bueno los niños son mucha responsabilidad — esas palabras parecen ser más para el que para mí — Son bonitos, pero comen mucho, hace caca y siempre están llorando, cuando crecen siempre tienen preguntas no dejan de tocar todo y tienes que estar detrás de ellos todo el rato...

VICTORIA Y HONOR (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora