²⁵

4.1K 240 43
                                    



























<<<Laia Lanzaginnik>>>












Emilia:¡VAMOS, LA PUTA MADRE!—gritó al instante en el que Leandro Paredes metió el tercer gol de penal de los dos que le quedan a Argentina. Ahora Dibu tiene que atajarle a Kolo o el francés lo tiene que errar.

Yo: Voy a hacer gancho—entrelace entre si mis manos con mis dedos.

Valentina: ¿Qué es eso que haces con la mano?—señaló mis manos extrañada.

Yo: ni idea, pero lo hace mi abuela, parece que trae suerte—levanté mis hombros y miré al frente— uy para que se me enganchó el anillo—separé mis manos y me saqué el anillo, sin perder la vista del campo de juego.
   Y justo cuando separé mis manos y me quité el anillo, Kolo metió gol. La puta madre que me re parió.

En este momento, estamos en un momento decisivo. Argentina y Francia empataron 3-3 en la final.
   ¿Qué quiere decir?. Que estamos en penales, y todo está en manos de Cache.

Les explico.

   Son cinco penales, Argentina hasta el momento tiene metido los primeros 3, y Francia dos, el segundo lo atajó el Dibu y el  tercero lo erraron.

   Eso quiere decir, que si Gonza mete este penal, somos inmediatamente Campeones del mundo.

Valentina: ¿Por qué soltaste las manos?—me agarró por los hombros y me empezó a sacudir.

Yo: ¡Para, loca!. Fue sin querer, me lastimaba el anillo por como me estaba agarrando.

Valentina: bueno, no importa. Ahora mostrame como se hace así lo hacemos ahora y Gonza mete el gol—dice señalando a Gonza que ya estaba por patear.

Yo: ¡No!. Eso lo hace mi abuela cuándo quiere que el contrario falle, hasta las chaquetas cruza.

Valentina: ¿Cómo?.

Yo: las apoya en el piso y pone una arriba de la otra en forma de equis. Muy fácil.

Nahuel.G: ¡Cállense que va a patear!—ah, sí, me olvidaba de decirles. Mi primo había venido para apoyar a Enzo y Julián. Un amor.

Yo: ¡Uy, bueno!.—miré hacia adelante y me mordí el labio orando mentalmente para que todo salga bien.

El árbitro pitó, y Montiel tomó carrera, haciendo una frenadita para darle más suspenso al penal y cuando todos pensábamos que iba a patear al palo derecho, Gonzalo lo pateó cruzado, yendo la pelota hacia el lado contrario del arquero. Y sí, terminó en gol.

Lo qué pasó después es una locura.

Estábamos todos re sacados, me abracé con mi primo y empezamos a llorar como unos hijos de puta. Después me abracé con mis suegros y con Valen, llorando como unas hijas de puta también.

Emilia: Vamos, los guardias nos acompañan hasta la entrada del campo—todos asentimos y nos agarramos tipo trencito para seguir a la familia de Juli y bajar a la cancha.

Olivia: ¡Papá!. —gritó viendolo a lo lejos, todavía estamos en las gradas.

Yo: Papá es campeón del mundo, Oli—le sonreí limpiandome las lágrimas.

Estaban a punto de entregar los premios a los jugadores y las medallas.
Así que nos fuimos un poquito más lejitos pero quedamos de cierta forma cerca de la plataforma con las demás familias.
  Yo jugaba un poco con Olí para hacer tiempo y que no se me duerma para las fotos.
  Que manera de sufrir, la puta madre que lo re mil parió.
  Tranquilamente, me habrán dado diecinueve infartos en un total de 10 minutos antes de los penales.

Laia;Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora