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📍 Madrid, España
27/01/2025
11:40


<<<Laia Lanzaginnik>>>

Suspiré y cerré los ojos cuando me di cuenta de que había una periodista y un camarógrafo afuera del local de Madrid en el que estábamos con Enzo. Habíamos venido a comprar algunas cosas para mí cumpleaños. El suyo ya había pasado, entre partidos, pero logramos festejarlo. Ese día con Enzo pasaron cositas. Usualmente, es él el que roba besos y tira apodos cariñosos. Pero en su día especial, comencé a demostrarle amor como solía hacerlo antes. Ya me sentía lista, me siento lista para volver a lo que era antes. Obviamente me quedó el trauma de mi vida, hay veces en las que no me aguanto y reviso las notificaciones, pero más de eso no. Igualmente, Valen me dijo que tenía la cuenta de Instagram de Enzo en el celular de Nacho, y, que en la primera que dude, iba a investigar a fondo.

Esas son amigas.

  Enzo suspiró después de mirar la puerta y ver lo mismo que yo. Me abrazó por los hombros, y me sonrió.

Enzo: tranqui, gordita. Subite al auto y dejá las cosas en la butaca de alguno de los nenes—me dió un beso en la mejilla, mientras terminaba de pagar las cosas. Habíamos decidimos salir sin los mellizos, para evitar más escándalos. Habían quedado en casa con Pilar, la madrina de Alma.

Yo: ¿Y vos qué vas a hacer?—lo miré confundida, mientras él ponía la mano que anteriormente estaba rodeando mis hombros, en mi espalda baja y me empujaba ligeramente hacia la salida.

Enzo: Algo...—levantó los hombros, restando importancia. Me abrió la puerta del local, salimos juntos y de inmediato la periodista se acercó a nosotros. Enzo abrió el auto y me hizo entrar. Me senté en el lugar del acompañante, él me cerró la puerta y yo me giré para poder dejar la bolsa con las cosas en la silla de Giovanni, que estaba atrás de mi asiento.

Ví por la ventana como la periodista y el camarógrafo se acercaban a Enzo, y de inmediato escuché la pregunta.

—¿Es verdad que hubo una infelidelidad de parte de Laia?—rodeé los ojos, con molestia. ¿La misma pregunta tienen que hacernos todos?. La había escuchado en acento argentino, en acento español, chileno, en inglés. Ya estaba muy cansada de escuchar lo mismo.

<<<Enzo Fernández>>>

Relamí mis labios, sonriendo con ironía. Negué con la cabeza, mirando a la periodista de forma divertida. De la nada, aparecieron como cuatro o cinco periodistas más, con camarógrafos. Basta, me estoy cansando de todo esto.

Yo:¿La verdad?—sonreí—No. Nunca hubo infidelidad. Ni de su parte, ni de la mía—tensé mi mandíbula. Primera mentira—Llevamos dos años y medio de relación, tenemos dos hijos juntos, un gato y próximamente un perro más—sonreí hacia el grupo de periodistas. Segunda mentira.

—¿Entonces ella nunca tuvo una aventura con el piloto de fórmula 1?—negué con la cabeza hacia la mujer de pelo negro.

—¿Y los rumores de que estuviste siendo infiel con una joyera del centro comercial de Londres?— mi respiración se entrecortó cuando el periodista español habló, y lo miré, negando con la cabeza. ¿De dónde chota sacó esa información?. ¿Cómo saben de Vanessa?

Yo: ¿Joyera?—me reí, negando con la cabeza otra vez, para disimular—¿De dónde sacan esas cosas ustedes?—hice montoncito con mi mano, mordiendo mi labio inferior.

—¿Se podría decir que está todo bien en su relación?—una chica rubia habló, rápidamente asentí con la cabeza.

Yo: más que bien, como dije, llevamos dos años juntos, previo al noviazgo hubo una gran amistad. Es la madre de mis hijos más chiquitos y mi compañera. Es el amor de mi vida—lo dije convencido, sonriendo.

Laia;Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora