Capitulo 33

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Adriano de Fabbri 

Salgo de la ducha, me seco mi pelo, el brazo me duele como la mierda, nunca me dolió tanto como hoy, me lo vendo y empiezo a vestirme, mientras me estoy poniendo los pantalones alguien entra. 

-No sabes tocar- no me giro, sigo poniéndome el cinturón. 

- Por fin decidiste llegar, que te paso en el brazo- se de quien se trata, suspiro cansado, no tendré un buen día si empezamos así.
Empieza a tocarme el brazo pero la ignoro, tengo mas cosas que hacer.

- ¿Por qué no me hablas Adriano?, ¿Qué paso allá para que vuelvas así?-sonrío. Ay querida Nathalie, si solo tuvieras una pequeña idea...
 
- Lárgate de aquí- me empiezo a abotonar la camiseta del traje. 

-¿Dónde vas?, apenas llegaste- se sienta encima de mi cama, no tengo paciencia para ella.

- Nathalie, sabes que no me gusta dar explicaciones, así que no me hagas enojar ,anoche llegue, ahora tengo que encargarme  de cosas mas importantes.- Empiezo a colocarme la chaqueta del traje.
 
-¿Puedo ir contigo?- cuando voy a salir me detiene tomándome de mi brazo libre.

-¿Para que quieres ir conmigo?, los temas de la mafia no te interesaban, quédate mejor, me quiero volver a ir pero me detiene una vez mas. 

-Por favor , no quiero quedarme aquí- la miro a los ojos, no parece tener malas ideas, solo empiezo a caminar sin esperarla, ella me sigue el ritmo con dificultad por sus grandes tacones. 
-¿Qué haremos?-se sube al coche, no respondo solo acelero. 

-Ten en cuenta una cosa Nathalie, no te he traído conmigo para que me tenga que justificar cada vez, ahora iremos a una reunión importante, mas te vale, estar calladita-

Esta mañana daré la orden para que mi gente se empiece  a hacer una idea que hay que respetarla, el odio se acumulo dentro de mi durante toda la noche, tengo ansias de ver lo que dicen los lideres  de cada zona de Italia. 
Acelero, ella no dice nada, y así esta mejor, no puedo suportar más sus preguntas. 

Llegamos al lugar, los guardias nos abren la puerta y avanzamos hacia el interior para poder dar la orden. La reunión se hará en una de las casas de un jefe de Zona, entramos, los guardias me empiezan a saludar, noto que se queja porque no lo hacen con ella, pero nadie hace nada solo la miran.

-Nathalie avanza- sigo mi camino replanteándome si fue una buena idea tráela conmigo.

Me adentro al salón, todos se ponen de  pie al verme. besan mi mano con rapidez, avanzo hasta sentarme en el centro de la gran mesa, dando la orden para que se sienten.

-Rey ¿Qué hacemos con ella?- retienen a Nathalie, pero no vine aquí por ella, sino por la doctora. 

-Déjenla-la sueltan y se sienta a mi lado.
Levanto la mano dando la orden al primer jefe de la zona A de Italia. Quien se levanta para dar la información y novedades durante mi ausencia 

-En Italia norte estuvimos entrenado a nuestra gente, hay 50 soldados mas señor, son rápidos y acatan ordenes como profesionales, no paso nada grave, solo algunos franceses intentaron entran en el territorio.

-¿Qué hiciste con ellos?-demando.

-Estamos esperando su orden mi rey, para devolverlos de la mejor manera.

-Zona B- mando y el jefe de esta se pone de pie de inmediato.

-Estuvimos siguiendo órdenes de nuestro jefe, el señor Rikhaylava nos mando verificar si las municiones creadas recientemente funcionan a la perfección, eso hicimos durante su ausencia señor-Pide permiso para sentarse, acepto, no falta que diga la siguiente zona porque se pone de pie directamente sabiendo que le toca. 

-Estuvimos al tanto de los burdeles, los hemos mejorado creando mas seguridad a los trabajadores, solo algunos idiotas crearon varios problemas, los sacamos y seguimos con nuestro trabajo. Zona C es una zona muy cultural, elegimos los mejores trabajadores para los burdeles, odio los problemas ahí.
La ultima zona, D. 

-No hay nada que recalcar señor, estuvimos enviando toda la información que nos pedían hacia ustedes, todo esta asegurado.-Ellos hicieron un buen trabajo, enviaron la gente necesaria para que no hubiera  problemas durante el tiroteo. 

Llego el momento.

Hora de dejar claras las cosas. 

-Todos y cada uno de vosotros sois capaces de difundir la información, seré  breve con vosotros, Bianca de Santis será de gran ayuda en la mafia italiana, no quiero que ninguna persona este presente o ausente, muerta o viva diga algo sobre ella, el quien diga algo, mire y no respete a Bianca de Santis quedará fuera de la mafia Italiana, eso implica- miro a cada uno de ellos, saben a lo que me refiero, hago una pausa viendo como sus miradas que están en sus pies-Muerte directa. 

Empiezan a temblar, fueron entrenados por mi, pero enfrente de mi, siempre tendrás miedo, aunque lo intenten esconder. 

-Lo se todo sobre vosotros, tengo los minutos contados, no solo vosotros, sino toda Italia, que quede claro que si uno muere de vuestra zona, vas con el, ahora sabéis, que Bianca de Satis hace parte de los Boses. Ahora estáis advertidos cada uno de vosotros, como bien sabéis hacer, tendréis tres días para hacer pasar la información a vuestra gente si aún tenéis dudad, es una orden del rey ¿Alguna duda?- los miro. 

-No mi señor- hablan al unísono. 

-La reunión ha terminado, podéis largaros.- me quedo mirando como salen de la casa.

Max se acerca sonriendo, ya va vestido igual que siempre, podeos ver su cabello y cara, sonríe de lejos pero no dice nada.

-Se lo que esta pensando y me lo dirá durante una semana.

A el no se le escapa nada. 

-¿Qué acabas de hacer? -la sonrisa de Max se desaparece  al ver a la fiera  que traje, bueno no fue tan malo, para que a ella le entre también en la cabeza. 

-Nada que toda Italia tenga que saber su puesto, ahora Max te llevará a casa, tengo que hacer varias cosas privadas.

Empieza a caminar pero no la escucho, sus gritos me dan dolor de cabeza, salgo de lugar, tengo ganas  de verla, pero no creo que sea el mejor momento para eso, tengo que dejarla descansar, el viaje fue largo, así que sigo conduciendo, tendré que encargarme de otras cosas, avanzo a toda velocidad, intentado ignorar las ganas que tengo de verla. 

Me bajo del coche, llego al lugar exacto para saber quién fue el quien metió esas ideas en su cabeza, sé que hay alguien, lo sé, ahora descubriremos quien. Me abren la puerta, a mesura que voy avanzando mas personas posan su mirada en mi aunque intentan ser discretos, entro en la sala de control, mi gente está delante de los millones de ordenador que instalaron para ellos, vigilan cada calle de Roma, cada rincón está supervisado. 

-Quiero saberlo todo ahora- ordeno.

-Los diez últimos guardias que estuvieron por la zona indican que no vieron nadie señor- habla uno empiezo a pensar más profundo, pero alguien me interrumpe.

-Encontramos algo señor- entra  un guardia a la sala con un papel en las manos. 
-¿Qué es esto?- Me entrega el pequeño
papel doblado, pero no es un papel sino una foto. 

Yo y Marie hace cuatro año. 

Miro la foto fijamente, ¿Esto provocó su preocupación?, el odio sube al saber que alguien de servicio tiene unas foto así. 

-¿Quién la tenía?- gritó enojado al hombre, esto fue algo del pasado, algo que cerré hace años, algo que nunca empezó.

El odio  corre por mis venas, espero simplemente que esto no fuera la causa de su preocupación. Porque sino cariño, tendrás que saber eres más importante, tendrás  que saber que solo tú creas esa sensación que me mata, solo tú está haciendo que toda una Mafia te respete sin tener ningún puesto en ello. 

Solo tú. 

Bianca de Santis.

Solo tú cariño.

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Con mucho cariño y amor:

Sombra roja

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora