Capitulo 68

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Bianca de Santis.

El  coche sigue avanzado por la carretera, aún es de noche, aún sigo  teniendo frío en el cuerpo aún así estando tapada con una manta que Iker  me coloco.

La noche aún sigue dejando su gran oscuridad en el mundo, solo los coches nos iluminan en camino.

Iker conduce sin quitarme el ojo de encima, cada segundo se gira a verle como si preocupara de algo que yo misma desconocido.

El  frío de la noche parece estar dentro de mi, miro por la ventana. Pero  siento que algo en mí duele. No es ni más ni menos que mi querido corazón.

Me siento como si estuviera cansada de estar aquí con ellos. Me dejaron caer y después viene como si nada.

Que irónico no?

Bueno  Iker es una persona muy especial, a pesar de todo lo que a vivido sigue  estando aquí para ellos. Pero me pregunto una sola cosa.

Como hace para no cansarse cuando lo traicionan? No le duele ? Como hace para estar feliz ?

Lo observo, su cara esta en la oscuridad pero se ve igual de feliz que siempre...

-  Ya casi llegamos  nena, ahí podrás descansar el tiempo que tu quieras-  susurra. Estamos  los dos  solo en este coche, yo estoy detrás y el  delante.

Cuando  salimos de aquella casa, el se encargó de que entráramos a los coches lo  antes posible e irnos, dejando atrás las grandes explosiones.

La isla quedó destruida, no creo que alguien pueda estar vivo después de todo eso.

No  le respondo solo digo mirado por la ventana. Ya ni me preocupo de donde  estamos, solo veo las cosas pasar  y alejarnos de la cuidad. Los coches  a nuestros lados no se quitan ni un solo segundo de nuestro alrededor.  Son negros y quedan muy bien camuflados por la noche.

El  tiempo pasa, cada vez estamos más lejos de donde estábamos en un  inicio. Ahora mismo solo veo un campo, una carretera y la oscuridad que  nos acompaña siempre.

Cada  vez más siento mi corazón apretado, todo duelo. Mi respiración se  acelera, veo mis manos pero nada ayuda. Están tapadas por trapos  blancos, siento el dolor subir por mi.

Cada  vez más quiero llorar, como lo hice todo estos tiempos, pero solo  siento que nada me ayuda a sacar el dolor en mi como si mis lloros se  conviertan en algo común desde que me fui de casa.

Porque pase por eso ? Que les hice.

El coche se detiene, mi vista está nublada por completo, las lágrimas quieren bajar. 

El hombre que hace unos segundos estaba en el asiento del conductor, bajo para gritar ordenes y abrirme la puerta.

Pero solo de ver la puerta abierta.

Corro.

Las lágrimas se multiplican, mi vista  se nubla, no se que hago pero corro.

Corro con lágrimas.

Corro con dolor .

Con un grito en la garganta.

Ellos me llaman. Veo detrás mía, y lo vea a ahí.

Gritando mi nombre, corrido detrás mía.

Pero  solo sigo, el campo es demasiado largo, y me deja paso para seguir  llorando y huyendo de algo que nadie se entre nosotros tiene la culpa.

- Nena!- Su grito hace que mis pasos diminuyan, pero aún sigo corriendo.
-Détente!!- hago lo contrario.

Mi respiración se acelera, los paso disminuyen cada vez más, mi tos se multiplica.

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora