El Rey y su Medicina

Capitulo 1

(Editado)

Bianca de Santis.

Me remuevo en el lugar tan cómodo donde estoy, sigo durmiendo hasta que escucho el grito de mi mejor amiga.

-No me digas que aún sigues durmiendo Bianca, solo te quedan 20 minutos para irte.-

-Ya voy!- aunque me tape con la almohada, sé que tiene razón, el hospital no se dirigirá solo.

Me levanto después de varios segundos, me duele todo el cuerpo, quedarse hasta tantas horas de la noche haciendo cirugías algún día me matará, pero amo hacerlo, así que si muero será de una buena forma.

Me adentro a la ducha, aunque mi mejor amiga Gabriela sigue gritando que me dé prisa por todas partes, yo solo me tomo mi tiempo en bañarme. El agua cae por mi cuerpo relajándolo, será un largo día, el hospital me espera.

Salgo de este hermoso baño, me gustaría quedarme más tiempo, pero mi amiga se quedará afónica de tanto grita. Me coloco la ropa cómoda y lo necesario para ir a trabajar, pero me quedo mirada la foto arrugada de encima de mi escritorio.

Mi familia...

Bueno o eso creo. A la edad de 4 años sufrí de una enfermada grave, o eso encuentre en los documentos del hospital. La enfermedad era muy poco conocida, pero también la economía de mis" verdaderos" padres no les permitía pagar esa gran suma de dinero para poder salvarme. No es que no quisieran, revise algunas cartas y en todas estaba escrito que eran una familia numerosa, sin dinero y sin alguien que les ayude.

No me dolió, entendí que era la realidad, una enfermedad grave y una familia nombrada era complicado tener soluciones.

A partir de ahí no sé qué paso, no hay documentos, ni tampoco personas que sepan. Ellos están vivos, en algún lugar de la tierra, sé que lo están, todo me indica que los están, pero aún no sé donde, no sé que más buscar. Hubo muchas cosas que pasaron en poco tiempo, pero da igual que pregunte o que investigue la respuesta de mis padres actuales será siempre la misma.

Negarse a cada vez que les pregunto.

No sé qué paso para acabar en las manos de ellos, los amo, me curaron y salvaron, me pagaron la carrera, pero siempre se negarán a decir la verdad sobre ellos.

No me quedaré de brazos cruzados.

Eso lo sé desde un principio. Dejo la foto donde estaba, es la única que tengo, donde salgo junto a una mujer de semblante parecido al mío, es hermosa, su cabello es como el mío, marrón muy oscuro, sus ojos marrones con un brillo alumbrador y una sonrisa espléndida.

Algún día estaré junto a ti mama.

¡-Bianca!! Vas tarde!!- de un solo salto salgo de mi habitación, bajando las escalares me encuentro con su sonrisa burlona.

- Buenos días a la mejor amiga del mundo!!!- dice dandome un gran abrazo al cual correspondo de la misma manera. Aunque se haga la tonta, la amo.

- Buenos días, Gabriela- rio junto a ella, dejamos las cosas encima de la mesa y en menos de un segundo a casa se llena de nuestras charlas y risas .

-Que te ocurre, se nota que piensas en algo- para de reír, y cambia el tema de nuestra conversacion, en uno que me come la cabeza.

-Odio que me conozcas tanto- ríe.

-Eres como el agua, tan transparente que podemos saber qué hay en ti- rio porque tiene toda la razón, no soy buena escondiendo mis sentimientos- Aún sigues pensado en tu familia, verdad?- Asiento- Bianca sabes, siento que algún día los encontraras, pero nunca debes de perder la esperanza, si no el camino será más complicado-