Capituo 87

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Iker Rikhaylava.


Las palabras se atascan en mi garganta, pero mis pensamientos son claros pero a la vez confusos.

Dolor.

Rabia

Rencor.

Todos los sentimientos son culpables de mi caída, todos ellos, son los causantes de mis lágrimas ahora mismo quienes caen como la lluvia sin nadie que las pueda detener, mojan cada lugar en la tierra dejando paz a los seres humanos, pero en comparación a la mía, esta creo fuego y dolor, que nadie podrá detener.

Aunque mire las estrellas y aguante el grito, él se aproxima con fuerza, todos los sentimientos con combustible para su llegada.

Mi labio tiembla, mi corazón se llena de dolor, y mi mente de rencor, de preguntas sin respuestas, de recuerdos sin sentido, de acciones que hacen que quiera caerme al suelo y dejarme ahí para siempre.

¿Qué Hice?

Una vez más esa pregunta se multiplica en mi cabeza, una vez más siento ese apretón en el corazón que me impide hablarlo y ni siquiera intentarlo, incluso a veces me impide dormir y respirar, porque dos palabras juntos crean que la mente buque entre los recuerdos esa respuesta, pero en la mía, solo hay dolor que guarde durante años.

El mismo dolor que escondí entre bromas, sonrisas y risas, pero solo aquel que me conociera, sabría que todo era falso.

Mis noches se pasaban entre pesadillas, entre falsas ilusiones, lloros, gritos, rabia y dolor.

¿Hasta cuando llegara este sufrimiento?

Hasta el día en que deje de respirar.

Me tapo la boca por el llanto que quiere salir, es demasiado tarde, despertaré a todo el mundo y no quiero hacer nada de eso, no quiero que se preocupen más por mí.

Ellos hicieron todo eso por mí, y gente que tiene mi sangre, me mata cada día.

Las lágrimas no cesan de caer por mis mejillas, da igual que intente callarme, suspirar e intentar olvidar, acabo cayendo siempre en el mismo agujero negro.

Los pasos de alguien se escuchan detrás de mí, no quito mis lágrimas ni tampoco me muevo, estoy harto de esconder la realidad, además, qué más da, ya todos saben que soy un miserable sin vida.

Siento la mirada de alguien, pero aun así mi mente sigue sumergida en mis pensamientos, sé de quién se trata cuando escucho sollozos, pero ni yo ni ella hablamos.

-Lárgate-

La palabra sale de mi boca, después de ver que no habla, que solo da pasos hacia mí sin cesar de llorar.

-No me digas eso- habla entre lágrimas, pero nada supera el dolor de todos los recuerdos- por favor, no me digas eso- siento su mano en mi hombro, pero no me doy la vuelta, solo contemplo la luna mientras siento el aire de la noche golpear mi cuerpo.

Las lágrimas mojan mi cara cada vez más.

-lárgate- vuelvo a hablar- llegas demasiado tarde-

Sus pasos se escuchan entre la oscuridad de la noche que nos inunda, ella, Katia, se coloca delante de mí, pero nada hace que mi mirada la vea, solo sigo mirando el cielo cansado de esta vida.

-Por favor, mírame- llora- Iker, mírame, por favor, nada es lo que piensas, de verdad-

-Llegas demasiado tarde Katia, ya no estoy para escuchar explicaciones de algo- mi mirada baja para poder verla. Sus lágrimas mojan su cara, ella, muerde su labio para no soltar el sollozo que oculta-6 años pidiendo explicaciones, 6 años donde me presente en vuestra casa con flores, que al fin se acabaron por marchitar y acabe quemando cada pétalo, 6 años, donde tú y esa mujer disidieron darme la espalda y humillarme mientras os pedía a gritas una sola explicación, una sola acción de porque me tratabais de esta forma, y sabes que lo que obtuve? Nada, solo palabras vacías, solo humillación que acaban con mi vida-

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora