Capitulo 92

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Bianca de Santis.

Me remuevo en la cama sintiendo como los rayos del sol iluminan mi cara.

Cuando intento levantarme, siento como los brazos de alguien me detienen.

Como  todas las mañanas, el Italiano tenía sus brazos al rededor de mi  cintura, apegándome completamente a él. No puedo moverme ni mucho menos  levantarme, así que termino acurrucándome entre sus brazos, recordando  todo lo que había pasado.

Ya han pasado varias semanas desde nuestra venganza.

Todo había cesado, como lo planeado.

Después  de que la sala real se destruyera por completo, la noticia no dejaba de  ser el centro de atención por toda Italia, durante estas semanas lo  primero que ibas a escuchar a la tele, es que "algunos terroristas destruyeron por completo ese lugar de reuniones, dejándolo así destruido en pedazos".

La noticia solo causaba que mi sonrisa se agrandara.

Cumplí con mis objetivos de poder estar al nivel de todos ellos, aquella noche, me mostré como mi rey me lo decía.

"Sin Filtros"

Deje salir aquel demonio en mí, que se creaba el recordar el daño que nos habían hecho en un pasado.

Me  sentía más que orgullosa al saber que todo se había acabado por fin,  que ya no había nadie que nos pudriera dañar, o incluso, ya no había  alguien que podía decir que creó el mal en la Mafia italiana.

Ya que todos, ahora mismo, están a 500 metros bajo tierra, con sus extremidades en cada parte del mundo.

Los  brazos de mí esposo me aprietan más contra él cuando se remueve, dejo  de ver la ventana, dejando el pasado en su lugar, y queriendo  concentrarme  con el presente, donde hay un tema que me ponía feliz, pero  a la vez, demasiado nerviosa.

Nuestra boda.

Ya  que habían pasado varias semanas, estuve pensado en todo, en sí era  hora de decirlo ya a nuestros seres queridos, y empezar a prepararla, pues no aguantaba más no poder decir que el italiano era mi hombre.

Estuve  pensando en el momento en donde decirlo, pero siento que ya era hora de  decirlo y así poder empezar con los preparativos de todo.

Quería contar esta gran noticia a mi familia y sobre todo quería ver la  reacciona del Ruso, quien desde hace semanas no lo veo.

Después de todo lo sucedido, Iker decidió alejarse unas semanas.

Aunque él lo niegue, sentimos que la muerte de su familia le afecto un mínimo, sus palabras no lo muestran, pero sus ojos sí.

Después  de aquella noche llena de muertes, nos venimos de vuelta a la mansión  de los Fabbri, pero él duró solo un día, cuando ya a la mañana siguiente  decía que debía irse a tomarse un descanso, solo dejo una nota, donde  decía que iba a estar bien, que no nos preocupemos, que iba a estar en  su casa solo por un tiempo, para después volver con fuerzas.

Quise  negarme a dejarlo solo estas semanas, pero más tarde entendí, que él  necesitaba a su propia alma, necesitaba acabar con ese dolor en su  corazón, y no había otra persona que lo podía hacer, solo él.

-Buenos días mi Reina- la voz del italiano me saca de mis pensamientos, levanto  la cabeza, para verlo sonreír con los ojos medio cerrados.

-Buenos días amore- él sonríe viéndome acercándome más a él- tienes planes para el día de hoy?-le pregunto aun sin quitarme de entre sus brazos.

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora