Capitulo 76

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Bianca de Santis.

- No! Muévanse traigan otra dosis!- grito con fuerza.

Todos se mueven, pero no hay resultados.

Su  corazón va bajando, cada vez late más despacio. Me muevo rápido, mis  manos tiemblan, pero inyecto de inmediato la segunda dosis. Mi  respiración se corta, las lágrimas amenazan en salir cada vez más, pero  solo sigo con lo mío, mis manos son ágiles y hacen todo para sacarle de  esta.

-lo estamos perdiendo, lo estamos perdiendo!- gritan a mi alrededor, pero siento que este es el fin del ruso.

Él no puede morir, él es un gran amigo que merece el mudo entero, él no hizo nada a nadie, solo hacía su vida.

Siempre  son los inocentes que acaban dañados, cada día estoy más segura de eso,  cuando tienes intenciones puras y eres amaba, la sociedad viene y te  pisa como si no valieras nada, él sufrió mucho para que acabe así, él  necesita billar, necesita demostrar quien es al mundo, necesita volver a  sonreír.

Veo la  frente y rezo porque la segundo dosis funcione en su organismo. Todo es  un caos, todos se mueven por todas partes, pero mi mundo se acaba de  detener, solo veo sus latidas.

Suben

Bajan

Repentinas veces, veo la máquina como si mi vida dependiera de ella, escucho cada latido, cada vez más me acerco a ella.

¡-No! ¡No te mueras! Tú no te puedes morir!-

Lo  veo, su cuerpo está totalmente cubierto con una manta blanca como si él  ya se hubiera ido de este mundo, pero no, eso no es así, él está  luchando contra la muerte. Afuera se escuchan golpes, gritas, lloros,  pero solo veo el monitor con los ojos llorosos.

-Por favor Iker, no nos dejes-

-Señorita,  debemos de actuar- giro para ver la misma doctora de antes, ella solo  se quita los guantes, pero no me lo pienso dos veces, cuando mi mano  estalla contra su mejilla.

¡-Acaso  quiere matarlo?!-No controlo mi rabia, al ver sus intenciones- acaso  quiere matarlo por sobre dosis- la tomo de los hombros y la sacudo-  salga de aquí! Tendrá una retención de diploma, ¿qué clase de cirujanos  sois? Los matáis antes de tiempo!- grito sin controlar mi voz. Pero  estoy harta  de controlarme por gente que lo quiere ver muerto.

¡-Sus posibilidades de vida son bajas! O le inyectamos otra dosis o ya está muerto!-se atreve a hablar de nuevo con miedo.

Si  lo hacen lo matarán en medio segundo... pero si lo dejan así no  sabremos si vivirá o morirá.Mi cabeza da vueltas, pero aun así me  mantengo de pie.

-salga de la sala antes de que sea usted quien acabe en la camilla muerta!-amenazo sin límites.

Ella  aún sigue traumada, los cirujanos a nuestro alrededor no dejaron de  hacer su trabajo, pero ya no hay nada más que hacer. Todo depende de el  ahora. Ella sale, y mis ojos se dirigen de inmediato al monitor.

Sus latidos han aumentado su ritmo, pero aún siguen siendo muy lentos y frágiles.

Sé que estás luchado por tu vida ruso, solo hazlo, nosotros te estamos esperando con ansias.

Coloco más conectores en su pecho, quiero tenerlo todo controlado.

El  día ya llego a Italia, aunque todo este a oscuras y solo las luces de  la sala quirúrgica nos iluminan el lugar, su cuerpo aún sigue ahí, entre  sabanas blancas.

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora