Capitulo 84

7.4K 413 39
                                    



Bianca de Santis

Su mano va recorriendo mi cuello y cara, siento su respiración sobre mi cuello, cada vez más pesada.

Su  mano no se queda quieta, recorre mi mis mofletes dejando una caricia en  ellas, su nariz huele mi cuello y cada vez más se va acercando a mi  cara.

No me doy la vuelta. Su cercanía domina mi cerebro, dejándole paso a hacer lo que quiera en mí.

Su  mano se detiene por fin de nuevo en mi cuello, cuando siento que esta  tortura se acabó, su respiración en mi oreja me  mata por dentro.

Mi corazón no lo podrá soportar...

Dura unos segundos así, su mano en mi cuello, mi cabeza levantada, mi  espalda apegada a su pecho, y su respiración caliente sobre mi oreja.

Hasta que habla con voz ronca sobre mi oreja, haciendo que abra los ojos como platos.

- No te vuelvas a alejar de mi cariño-

Si voz resuena en mi oreja. Me doy una cachetada mental para volver a la realidad.

-  Me alejo porque dices estupideces Italiano- le habló, no me doy la  vuelta, no soy capaz de verlo en ese estado- me hablaste de esa forma  tan feo por algo que no tienes la razón.

Veo la pared delante de mí, pero siento que él gira el taburete en el que estaba sentada, haciendo que me dé la vuelta para verlo.

Quedamos  cara a cara, ojos sobre ojos, bocas cerca de bocas. Mis ojos recorren  todo su hermoso rostro, cada lugar es examinado por mi mirada, me meto  en la memoria cada lado de su cara, él no se queda atrás y hace lo  mismo, me examina con esos ojos azules tan hermosos.

¿- No pensé en lo que estaba diciendo, recibí una llamada diciendo que no  aparecías desde hace horas atrás, te buscamos por todo el lugar, todos  los helicópteros te buscaban por toda la zona- me habla sin dejar de  verme- cariño,  fueron horas sin saber de ti, fueron horas sin saber dónde estabas, minutos buscándote como loco, para después encontrarte  inconsciente al lado del rio, debajo de un puerto al lado de esa mujer-  me toma por los mofletes acariciándolos delicadamente- te imaginas eso? ¿Verte tirada en el suelo, al lado de una orilla? Pensé que habías muerto  Bianca- deja de acariciarme, pero sus manos se posan en mi cara.

Ahora me doy cuanta de su preocupación, sé que no fue bueno verme en ese estado.

-  Lo se- quito sus manos de mi cara para tomarlas entre las mías, sus  ojos reflejan preocupación total- sé que no fue bueno no decirte nada,  pero te llame y no respondiste, y después, bueno, ya sabes todo-

-Solo me preocupé-

Sus  ojos muestran sus sentimientos, no hace falta buscar más a fondo para  saber que lo que dice es real. Él devuelve sus manos a mi cara para  acariciarla.

-Adriano, no pasará nada, ya estoy aquí, todo paso. Dejemos eso de lado- le pido cansada.

-está bien, está bien- se echa para atrás.

-ve  a acostarte, acabaré de comer e iré yo también- remueve su cabello  negro por completo- y por esta vez escucha lo que digo, necesitas  descansar- suspira, sé que aún tiene ganas de replicar, pero al fin se  acaba dando la vuelta.

Esperaba que fuera a la habitación donde estaba durmiendo, pero veo que se  sienta en el sillón, sin quitar su vista de mí, se sienta colocando su  manta sobre sus piernas. Sabía que no me escucharía por completo, este  hombre es muy testarudo, siempre hará lo que le quiera. No le digo nada, así que bajo su mirada sigo comiendo en un silencio.

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora