Capitulo 85

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Adriano de fabbri.

Sigo conduciendo con la doctora al lado. Durante todo el camino me  pone al tanto de la salud de Iker, de lo que piensa que pasara y de los  riesgos que hay. Aunque ella diga que no hay grades riesgos aparte de su herida, sé que en su mente, pasan millones de suposiciones.

-Pienso  que el mayor problema será su salud mental- aprieto mi mano en su  muslo, ella solo gira a verme- su cuerpo puede mostrar problemas  menores, pero ahora, todo depende en como su mente reacciona, no soy psicóloga, pero no hace falta saber cuando lo vi en ese estado- suspira-  se levantó de una forma que nunca vi en mis tantos años de carrera, se veía perdido, pero a la vez asustado, era como si... si hubiera vivido  realmente lo que paso con Katia, como si él había visto como ella  intentaba quitarse la vida en un sueno.- su voz es calmada, pero a la vez  pensativa- ahora sé que las pesadillas se pueden hacer realidad...-

-Bueno,  puede que se hagan realidad, pero tú tienes un fuerte y sexy rey que acabara con ellas- me giro a verla, se ve sonriente como a mí me gusta- acabaré con cada una de ellas, velaré para que ninguna salga de tu cabeza  y no me detendré hasta que no quede ninguna- escucho su risa- oye hablo  en serio-

-Serás mi príncipe azul Adriano?- se rie.

¿-Oye  porque te ríes? Hablo en serio, a caso no te gusta este lado mío cariño?- aguanto la risa- Iker me dijo que eso es lo que le gustaban a  las mujeres-

Eso hace que los dos explotemos de la risa, ella no se detiene y ríe junto a mí.

-Ahora entiendo de donde sale la frase- intenta controlar la risa- buscaste  consuelos románticos, y la mejor persona fue Iker?- ríe una vez más.

-Oye, no estaba nada mal, su frase está increíble, admítelo-

¡- Su frase estaba bien, ahora me pregunto a quién se la dedicará él- nos  miramos con la ceja levantada- oye, pero ese no era el tema! Estábamos hablando de su salud-

- Está bien, están bien, tenía que decirlo- rio por última vez.

Cada  vez estábamos más cerca de hospital, nuestra conversación pasa por  varios temas, entre ellos la salud de Iker, de su hermana y a veces sobre  su triste historia.

Aparco el coche cerca de la puerta del  hospital, hay doctores que entran y salen con tranquilidad de él, ella  solo toma su bolso y sale al mismo tiempo que yo del vehículo.

- Nos veremos esta noche reycito- se para delante de mí.

- Así es cariño, recuerda, estate al margen de tu teléfono, hay guardias  por todas partes, no dudes en llamarme si algo pasa...- no puedo acabar  mi frase cuando ella coloca su mano sobre mi boca callándome.

- Sí, sí. Y'a sé lo que debo de hacer Adriano- sonríe y quita su mano- no  es la primera vez que estoy sola. Ahora si, tú no salgas de casa- me  señala con el dedo de forma amenazadora, pero aun así no dejo de ver la  situación bastante graciosa- estoy hablando en serio, no salgas de casa  por ninguna razón, esta vez me enfadaré de verdad- ahora sí que  la situación no es graciosa.

- Está bien, no diré nada al  contrario, pero... para poder seguir tus órdenes, debo de tener una cosa  al cambio- me mira con la ceja levantada- necesito un beso de mi reina,  así si mi subconsciente intenta salir de casa, tus dulces labios me recordarán tus palabras -se rie acercándose a mí.

Cuando veo que lo conseguí, siento sus labios en mi mejilla.

-nos vemos esta noche reycito- se gira rápidamente para irse, no me da tempo a decirle algo cuando ya se alejó, dejándome con las palabras en la boca.

El Rey y su MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora