Las minas de Moria

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_Sólo es un poco de frío, nada más_decía Aelin a los cuatro hobbits, sacudiéndoles la nieve de encima_.

Ya habían descendido de la montaña y se habían encaminado a buscar la entrada a Moria, hogar de Balin, primo de Gimli.

_Bebed ésto, os dará vitalidad_les recomendó la elfa al verlos encogidos por el frío y cansados_.

Había sacado del saco uno de los odres de cuero que había preparado y los pasó uno a uno para que tomasen un trago.

_Es Miruvor_observó Gandalf_, justo lo que les hace falta.¿Todo bien, Aelin?

_Sí, estarán preparados en unos minutos, podremos seguir enseguida.

_No_la atajó el mago_, no son ellos los que me preocupan ahora.

La elfa le observó el rostro.

_No es nuestra Aelin la que nos acompaña...¿qué ocurre? ¿Extrañas Rivendel?

La joven cerró el saco y se lo colgó a la espalda de nuevo.

_Sí_mintió_, echo de menos a mi familia y mi hogar.

_Siempre quisiste vivir aventuras, pequeña, aunque ésta es demasiado intensa para una elfa tan joven.

Aelin vió de reojo cómo Legolas pasaba junto a ellos y los miró de forma extraña a los dos.

_No me asusta lo que quede por venir ni quién _dijo en voz bien alta para que el elfo la oyera_, sé desenvolverme sola sin ayuda. Sigamos.

Gandalf sonrió y le puso una mano en la espalda.

El grupo siguió caminando por un escarpado terreno. Aelin, como siempre tras Aragorn, andaba tras ellos saco a la espalda, ensimismada.Calculaba la provisión que llevaba encima de los productos que había guardado y preparado para el viaje. Si seguían así, sin demasiados contratiempos, seguramente traería de vuelta muchas cosas.

Ya estaba cayendo la noche, y las nubes ocultaban la luna llena, haciéndoles el camino oscuro.

Cuando volvió a mirar al frente en vez de al suelo, como venía haciendo,se dió cuenta de que Legolas se detuvo mientras el resto caminaba.Aelin siguió andando para pasar rápidamente junto a él y quitarlo de su vista.

Para su asombro, esperó que todos hubiesen pasado y se colocó tras ella.¿Qué estaba haciendo?

Aelin aceleró el paso para dejarlo atrás y acercarse a Aragorn, pero algo le dió un tirón del saco y la hizo pararse.

Miró hacia atrás, sabiendo que había sido él.

_Todavía estás a tiempo de volverte_le dijo en voz baja_.

Aelin le quitó la mano del saco con furia y siguió andando.

_Te crees demasiado valiente, pero eso no te servirá de nada_volvió a decir_.No sabes a lo que te enfrentas.

La elfa se giró y lo encaró, encolerizada.

_Eres un ser despreciable_le susurró_, déjame en paz de una maldita vez.

_¿Aún sigues molesta porque me fuí aquella noche? Debiste aceptar lo que te ofrecí.

La joven no pudo contenerse y le soltó una sonora bofetada en la cara, que hizo que Aragorn se volviese a mirar.

Legolas se llevó la mano al rostro, no esperaba aquella reacción de Aelin.

_¿Qué ocurre ahí atrás?_preguntó Aragorn desde la retaguardia del grupo_Vamos, se nos hace tarde.

ESDLA,una elfa en la CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora