Hobbits en Rivendel

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_¡Vamos, Elrohir, peleas como una niña!_le gritaba Aelin a su hermano mayor.

 El elfo detuvo con su espada un violento ataque de la joven con la suya y la empujó hacia atrás con ella, haciéndola retroceder.

 _No quiero hacerte otro arañazo, hermanita...¿quieres que te deje marcas?

 _No llegarás a eso, eres demasiado blando conmigo.Elladan sí se lo toma en serio.

 Con su otro hermano era distinto.Él no la dejaba ganar y ya le había desgarrado un par de prendas, pero disfrutaba más cuando salían.

 _Y por eso te rehúye...sois los dos iguales.

 Aelin sonrió.

 Resultaba gracioso que uno de los dos gemelos se pareciera más a ella que al otro.

 _Está bien_dijo Aelin, enfundándose la espada_, ¿qué tal si montamos de nuevo?_Hoy te toca a ti esconderte.

 La joven fué hacia su yegua y desató su arco de la montura.

 _No tendré piedad contigo, te lo aviso...oye..._dijo, observando a su hermano_¿qué pasa?

 Elrohir se había quedado muy quieto, con la vista fija en el horizonte.

 _¿Lo sientes?_le dijo.

 En la colina donde estaban jugando había un par de pinos altos.Aelin trepó a uno de ellos, sujetándose ágilmente a sus ramas.

 Al llegar arriba, se agarró con firmeza al cimbreante tronco y cerró los ojos.

 Algo estaba pasando más allá del Bruinen...ahora podía sentirlo en su interior.

 Protegidos por el poder de su pueblo, los habitantes de Rivendel podían gozar de cierta paz dentro de sus fronteras en aquellos extraños días.

 Pero aquello estaba cerca...demasiado cerca.

 Y era maligno.

 _Arwen..._murmuró, asustada.

 La joven elfa descendió rápidamente, recogió el arco y volvió a montar en la yegua,bajando de la colina y montando de un salto.

 _¡Elrohir!_gritó a su hermano_¡Es Arwen!

 _¡Lo sé!_respondió él, montando también_Algo no anda bien... ¡al vado!

 Hacía dos días que su hermana había salido a caballo fuera de los límites con un encargo de su padre.Gandalf había desaparecido y el hobbit que portaba la carga iba solo.Tenía que buscarlo y traerlo a Rivendel.

 Los dos hermanos llegaron al río y cruzaron velozmente el vado.La sensación era cada vez más fuerte a cada galope que daban.

 _Volvamos..._murmuró el elfo, deteniéndose de repente_¡Aelin!¡Atrás, ahora!

 _¿Qué dices?_dijo su hermana, volviendo la cabeza_¡Tenemos que encontrarla!

 _Son espectros, vienen tras ella...¡vuelve al vado, rápido!

 Aelin lo entendió perfectamente.

 Los dos hicieron volver a los caballos y cruzaron de nuevo el río.

 _¿Crees que podrá escapar?_preguntó nerviosa.

 _No te preocupes, ya la conoces, no la alcanzarán.

 Elrohir y Aelin confiaban en la capacidad de Arwen a caballo, era mucho más rápida montando que cualquiera de ellos.

 De repente, un sordo retumbar de cascos de caballo, furiosos en su carrera, se dejó oír entre los pinos al otro lado del Bruinen.

ESDLA,una elfa en la CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora