_Nos esperan varios días de viaje_le dijo Haldir desde su montura_, supongo que también habrás pensado en eso.
La noche se cerraba alrededor de los dos jinetes que, ya a paso normal y tranquilo, avanzaban por el oscuro camino que se abría bajo sus pies.
Aelin suspiró.
No se encontraba de muy buen humor. Estaba inmensamente cansada, tanto que a veces daba cabezadas sobre la espalda del elfo que cabalgaba delante de ella. Pero sabía que, aunque pudiese tener la libertad de hacerlo por haber cesado aquellos pavorosos intentos de intromisión, no lograría rendirse al sueño tan fácilmente.
La dolorosa imagen que tuvo de Legolas intentando alcanzarlos en Minas Tirith la perseguía como si aún viniese tras ella corriendo desde la salida de aquella blanca ciudad. No podía quitarse de la cabeza la incertidumbre de saber qué impresión le habría dado el verla partir con Haldir. Estaba confusa, quizá lo hubiese herido...o puede que sintiese alivio al pensar que Haldir la acompañaba...eso si creía que volvía a Rivendel.
Pero lo que más la atormentaba era que aquel corto vistazo que tuvo de él antes de salir al galope de la ciudad, podría ser el último que tendría de Legolas si todo salía mal.
Deseaba con todo el corazón poder haberse despedido de él. Un cálido beso, unas caricias compartidas...unas horas sólo para ellos solos.
Incluso estuvo tentada de saltar del caballo cuando aquel nudo de su garganta la apretó con tanta fuerza al verlo que por unos momentos dejó de lado la guerra en la que todos estaban envueltos para poder estar a su lado hasta que todo terminase.
Pero no podía hacerlo así. La situación era tan grave que comprendió perfectamente que su cabeza debía mandar imperativamente sobre su corazón.
_Aelin_volvió a llamarla Haldir sintiéndola echada sobre él_.¿Te has dormido?
La elfa separó la cabeza de su espalda algo fastidiada.¿Por qué no la dejaba pensar tranquila? Ya comenzaba a molestarla con sus advertencias. Desde que salieron de la ciudad había hecho algunos comentarios que, lejos de tranquilizarla o de darle ánimos, la hacían ponerla aún más nerviosa e inquieta de lo que ya estaba.
_No_bufó ella con impaciencia_. ¿Crees que podría relajarme cuando un elfo no deja de incordiarme con sus insufribles charlas casi paternales? Deja de considerarme una inútil, por favor, ¿es pedir mucho?
El Galadhrim volvió la cabeza para contestarle.
_No creo que seas ninguna inútil_le dijo el elfo pacientemente_, pero sí inconsciente y temeraria a más no poder_Haldir se volvió hacia adelante_. Eres la elfa más difícil y complicada que he conocido.
Aelin frunció el ceño._Gracias_contestó con sarcasmo_, espero que hayas conocido a muy pocas...¿podemos detenernos a descansar en algún sitio?
Aelin tan sólo quería envolverse en una manta y perderlo de vista un rato haciéndose la dormida bajo cualquiera de las ocasionales grandes rocas que bordeaban a veces el camino.Quizá incluso consiguiera dormir. Se sentía tan agotada y de mal humor que presentía un posible estallido si Haldir continuaba hablando. Aquel Galadhrim parecía no darse cuenta de su estado de ánimo.
_No_dijo Haldir sin más mirando al frente_. Los caminos son demasiado peligrosos, más durante la noche. En un par de horas avistaremos Osgiliath, buscaremos allí algún refugio que nos ampare de posibles avanzadillas.
_¿Osgiliath?_se sorprendió Aelin_.¿No es en esa ciudad donde hirieron a Faramir?¡Podría estar infestada de orcos!
_Exacto, esa es_contestó el galadhrim_. Se sitúa justo a orillas del Anduin, repartida a ambos lados del río,y dispone de un puente que la cruza. Esa será nuestra ruta para llegar al Valle de Morgul y de ahí desviarnos al norte, hacia la Puerta Negra.
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ESDLA,una elfa en la Compañía
FanficAelin Tindómiel es la hija menor de Elrond, hermana de Arwen y discípula de su padre en el arte de la sanación élfica. Ambas se parecen bastante físicamente, pero Aelin posee una personalidad muy diferente a ella. Es atrevida, inquieta y decidida...