El siseo de la serpiente

2.1K 104 4
                                    

De repente abrió los ojos en la oscuridad de la habitación.

Había sufrido un sobresalto que la hizo despertarse de pronto de su sueño y el corazón le latía con fuerza en el pecho. Intentó moverse, pero aún estaba atrapada por los brazos de Legolas y, con cuidado de no despertarlo a él también, se los quitó de encima y se incorporó.

Se encontraba inquieta, nerviosa...como si una presencia extraña y amenazante acechara muy cerca. Estaba segura de que no tuvo ninguna pesadilla, su interior la avisaba de algo real.

Aelin bajó de la cama y fué al armario a buscar algo de ropa. Se vistió con manos temblorosas y se dirigió al ventanal.

La noche era oscura y tranquila, allí no había nada...¿qué estaba ocurriendo?

Abrió las hojas y se asomó fuera.

Hacía algo de fresco y, aparentemente, nada parecía indicar que algo extraño fuese a ocurrir. Las calles estaban vacías, silenciosas...ni un alma dejaba sentirse por los alrededores.

Pero tenía miedo.

Cerró la ventana apresuradamente, se giró hacia la cama y fué a despertar al elfo.

_Legolas..._dijo zarandeándolo con cuidado_despierta.

_¿Qué?_dijo él sentándose en el colchón enseguida_¿Qué ocurre?

Se fijó en la cara desencajada de Aelin y se alarmó.

_Hay algo cerca_dijo ella_.

El elfo saltó de la cama y paseó la mirada por los alrededores.

_¿Aquí?_preguntó mirando la ventana_¿Qué es?

_No...no lo sé_respondió Aelin titubeante_, me inquieta, lo siento dentro...es maligno.

Legolas sabía que ella podía presentir algunos acontecimientos que escapaban a su propia percepción y la tomó en serio.

_Voy a buscar a los demás_le dijo vistiéndose a toda prisa_. Quédate aquí.

_¿Vas a dejarme sola aquí con ésta...ésta inquietud?_le preguntó Aelin, nerviosa_Voy contigo.

_No_la cortó él colándose las botas_, ahora tengo otro motivo más para obligarte, Aragorn nos ha puesto en conocimiento de lo que llevas contigo.

_¿Obligarme?_dijo ella confusa_¿A qué motivos te refieres?

_Aelin, si tú no cuidas de ti misma, tendremos que hacerlo los demás_dijo, abriendo la puerta_.

_Oh, claro..._protestó ella_Enciérrame bajo llave, ¡sé cuidarme sola!

_No lo suficiente_respondió saliendo_, quédate aquí.

_¿Y cuál es el otro maldito motivo?_le preguntó enfadada.

Legolas cerró y se marchó.

_Motivos de elfos prepotentes_murmuró en la oscuridad_.

Aelin decidió obedecer y esperar allí... aunque aquella sensación le resultaba insoportable, le hundía el pecho y su interior vibraba sin descanso.

Empezó a dar vueltas por la habitación, nerviosa y preocupada. Estaba a punto de suceder algo y se encontraba allí, tratando de contenerse por los demás y de no exponerse a un posible peligro por el bien de todos.

La maligna sensación iba en aumento.

Le taladraba el cuerpo de una forma estruendosa... su cabeza latía incesantemente y le oprimía el corazón.

ESDLA,una elfa en la CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora