Capítulo un poco rarito,como podréis ver cuando empecéis a leer, atentos a las últimas líneas de la letra cursiva,tendrá bastante importancia.
_¡¡No!!_gritó una voz ahogada en las alturas_¡¡Legolas!!
El elfo buscó con la vista a la autora de aquel grito, pero no veía a nadie.
_Aelin..._murmuró entre rápidas inspiraciones..............................
Saruman sonreía satisfecho. Tal y como Grima le había informado.
Aelin observaba con horror cómo caían los dos Uruk-Hai encima de Legolas, quien parecía herido debido al enfrentamiento con los huargos.
_¡Diles que lo dejen en paz!_le gritó ella al mago_¡Voy a matarte, maldito sádico, él no tiene nada que ver con ésto!
La joven, aún sujeta por el Uruk-Hai que la apresaba, se retorcía intentando soltarse para alcanzar a Saruman y retorcerle su inmundo pescuezo.
Éste, tranquilo y seguro, seguía mirando por la ventana.
_Hagamos un trato_le dijo con calma_.
_¡Yo no hago tratos contigo, asesino!_le dijo ella hecha una furia_¡Suéltale, o te juro que...!
_Claro que lo harás_sonrió él_, míralo, hija de Elrond... está acabado, te necesita para vivir, como aquel elfo de Lorien al que salvaste la vida en el ruinoso fortín de Cuernavilla, ¿no es cierto...sanadora? Tu padre y Galadriel hicieron un buen trabajo contigo, al fin y al cabo.
Aelin se sorprendió de aquello.¿Cómo lo sabía?
Saruman le vió la cara a la elfa y supo que había dado en el clavo.
_No todos mis Uruk-Hai sucumbieron a la furia de los Ucornos, jovencita. Un puñado de ellos escaparon de aquel pútrido bosque y pocos consiguieron entrar a Orthanc antes de que los Ents pudiesen terminar el trabajo. Pudieron informarme de tus proezas.
Aelin lo escuchaba mientras veía por la ventana a Legolas tumbado en el suelo bajo el peso de un enorme orco que lo aplastaba y otro que estaba a punto de ensartarlo.¿¿Por qué no se levantaba??
_No te saldrás con la tuya, Saruman_le dijo Aelin con los ojos encendidos en rabia_.
_Escucha bien mi propuesta_le dijo a ella_, tú me sirves ahora y cuando termine, te entregaré a tu elfo...Y si no aceptas, a esos dos sarnosos tan sólo les hará falta una señal mía para acabar con su sufrimiento.
_¡No!_dijo ella encolerizada_¡No aportaré nada a favor del enemigo!
Saruman descorrió el postigo de la pequeña ventana y abrió la hoja de cristal.
_¿Ni siquiera por la vida de un hermano elfo?_le dijo con tranquilidad_Arriesgaste la tuya en las murallas para salvar las de otros...pero éste creo que es especial, según tengo entendido. Incluso ha venido a por ti...solo.
Aelin volvió a mirar por la ventana.
No podía hacerle aquello... no podía traicionarle, había ido a sacarla de allí y estaban a punto de matarle por ello... pero a qué altísimo precio había puesto su vida.
_Es tu última oportunidad, hija de Elrond. Elige, vida o muerte.
_No puedo hacerlo..._dijo Aelin debatiéndose en la duda.
Saruman se asomó a la ventana y sacó un brazo.
_¡Espera!_lo detuvo ella.
El mago se giró hacia Aelin.
_Dame tu palabra_le dijo la elfa con los ojos enrojecidos_, por lo que una vez fuiste para tu orden, por lo que luchaste por lo que era justo, por lo que fuiste elegido y por la confianza que los Valar depositaron en ti...dame tu palabra por aquellos tiempos en los que estuviste del lado de elfos y hombres...que no le harás daño y lo traerás junto a mí para ayudarle.
El mago se vió el camino abierto.
_Me parece justo_contestó_, te doy mi palabra, elfa.
_Si la incumples, yo misma acabaré contigo_le dijo ella con el fuego encendido en sus pupilas_.
_Eso no será necesario_respondió el mago. Se asomó por la ventana_¡Lleváoslo a las celdas!_ordenó a los Uruks del patio.
_¡Amo, tenemos hambre!_dijo el de la espada.
_¡Haced lo que os digo y conformaos con los huargos por ahora!
Los dos orcos sujetaron con fuerza a Legolas y se lo llevaron hacia el pasadizo por el que entró al patio. Éste apenas podía moverse y forcejear, tan sólo mantenerse de pie le costaba un esfuerzo sobrehumano y le punzaba el pecho horriblemente.
Grima les abrió la puerta y el elfo, al verlo, lo encaró.
_Voy a buscarte_respiró agitadamente_, recuérdalo y grábalo en tu mente, no saldrás con vida de Orthanc mientras yo siga en pie.
_Lleváoslo y encerradlo de una vez_dijo Grima asustado_, malditos elfos...
Aelin esperaba con todas sus fuerzas que a aquel mago le quedase algo de honor dentro de sí mismo.
_Bien, elfa de Rivendel_dijo Saruman poniéndole las manos en la cabeza_, cumple tu parte y yo haré lo mismo con la mía.
Aelin lo miró directamente a los ojos.
_Aunque puedas comunicarte con él, no lograrás jamás tus propósitos_ le dijo ella entre lágrimas_, los hombres se alzarán contra la oscuridad y tú morirás junto a ella.
_¡Silencio!_le ordenó Saruman_Ábreme tu mente. El resto lo haré yo.
Aelin, aterrorizada, cerró los ojos y dejó su espíritu en manos del corrupto Istar.
ESTÁS LEYENDO
ESDLA,una elfa en la Compañía
FanfictieAelin Tindómiel es la hija menor de Elrond, hermana de Arwen y discípula de su padre en el arte de la sanación élfica. Ambas se parecen bastante físicamente, pero Aelin posee una personalidad muy diferente a ella. Es atrevida, inquieta y decidida...