_¡Apuntalad la entrada!_dijo alguien en lo alto, muy por encima de ella_¡Contenedlos! ¡Con firmeza!
Aelin volvió a la realidad. No sabía qué estaba pasando, ni dónde estaba, ni quién gritaba.
Se encontraba apoyada sobre una pared a merced de la lluvia y abrió los ojos.
Al ver lo que estaba pasando en el patio que había frente a ella, recordó de repente por qué estaba allí.
La habían arrastrado hacia la muralla del fortín que separaba éste del patio trasero del muro donde se apostaban los elfos.
Los Uruk-Hai habían abierto una gran brecha en el muro y empezaban a entrar en bandadas, intentando tomar el patio para acceder desde éste al exterior del fortín. Aragorn ordenaba a los elfos de apoyo disparar sus flechas sobre ellos, pero el ejército orco se empujaba en masa hacia adentro
_¡Herio! ( ¡Cargad!)_volvió a decir Aragorn.
Los arqueros desenfundaron las espadas que llevaban al cinto y se abalanzaron sobre los Uruk-Hai sin cuartel, junto a Aragorn y Gimli, el cual éste último blandía su hacha sobre ellos con furia y valentía.
Aelin hizo amago de levantarse, pero un intenso dolor en la pierna izquierda la hizo caer de nuevo al suelo.
Alguien le había hecho un torniquete con un cinturón en el muslo, por encima de un profundo corte que podía ver bajo su pantalón, desgarrado y roto.
_¿Pero qué...?
Recordó entonces que, no sabía cuánto tiempo antes, se encontraba encima de la cornisa, asistiendo a los heridos, y que Legolas la cubría desde atrás, hasta que todo reventó y sus recuerdos se esfumaron.
Aelin intentó ponerse de pie por segunda vez, con mucho esfuerzo y apoyándose sobre la pierna derecha. Apenas podía andar, el dolor era intenso y a cada paso que daba, volvía a sangrar. Se detuvo, así no podía hacer nada, si se metía allí la matarían. Además, estaba cansada, agotada y rendida físicamente. Dudaba de que consiguiera poder ayudar a alguien.
Dejó caer la cabeza sobre la pared, presa de la impotencia.
Los orcos que entraban por el boquete eran cada vez más, invadían el patio intentando llegar a una escalera que se hallaba a pocos metros a la derecha de Aelin y que llevaba al fortín. Desde lo alto de la muralla, los soldados de Theoden disparaban sobre ellos, pero el número de enemigos seguía aumentando inexorablemente...y se dirigían hacia donde estaba ella.
No podía quedarse allí.
Aelin volvió a levantarse para huir, no podía defenderse, estaba desarmada y sin fuerzas.
_¡Aragorn, retirada al fortín!_gritó el rey desde lo alto de la muralla_¡Que se replieguen tus hombres!
_¡Na barad!(¡Al fortín!)_ordenaba el montaraz a los elfos.
El ya escaso ejército élfico comenzó a retirarse hacia las escaleras antes de que los orcos la alcanzasen. La elfa resolvió hacer lo mismo y cojeó hacia ellas agarrándose a la pared.
_¡Na barad!_repetía Aragorn a los elfos.
Aelin miró hacia atrás.
Allí adelante, Gimli seguía repartiendo hachazos a todo el que se le acercaba y no atendía a razones.
_¡Haldir! ¡Na barad!_dijo Aragorn mirando hacia la cornisa.
Aelin, al oír su nombre, dejó de avanzar hacia la escalera y lo buscó con la vista.
_¡Na barad! (¡Al fortín!)_ordenó éste a los elfos que aún seguían en el muro.
Aelin tuvo un mal presentimiento hacia Haldir que le encogió el alma.
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ESDLA,una elfa en la Compañía
FanficAelin Tindómiel es la hija menor de Elrond, hermana de Arwen y discípula de su padre en el arte de la sanación élfica. Ambas se parecen bastante físicamente, pero Aelin posee una personalidad muy diferente a ella. Es atrevida, inquieta y decidida...