El día pasó sin incidentes, ésta vez más aburrido que el anterior, frío y silencioso.Para algunos integrantes se hizo insoportable, más cuando una húmeda bruma los envolvía y terminaba por hacerse aún más tedioso.
Merry y Pippin terminaron por jugar a los dados en el fondo de la barca.
Volvieron a acampar al atardecer y organizaron de nuevo las guardias en el mismo orden que la noche anterior.
Tampoco hubo oportunidad de charla a solas.
Al tercer día de viaje, el paisaje abandonó su verde follaje para volverse más árido y rocoso por momentos.Ahora, grandes rocas abrigaban el río a ambos lados sintiéndose los navegantes encerrados entre ellas.
Entonces, tras una curva del río, unas imponentes y grandiosas imágenes talladas en la roca aparecieron a los asombrados ojos del grupo, tan impresionantes eran que todos se sentían minúsculos y empequeñecidos al contemplar a los dos regios monumentos que, dispuestos a ambos lados del Anduin con el cauce entre ellos, parecían dar la bienvenida a los que navegaban su río, levantando su sólido brazo de antigua piedra, extendido hacia adelante con la palma de la mano hacia afuera.Representaban a dos hombres tocados con casco, armados y vestidos con túnicas.
_Mira, Frodo, los Argonath_le dijo Aragorn a Frodo,que estaba con la cabeza gacha y aún no había presenciado la magnificencia a la que poco a poco iban acercándose_.Largo tiempo he deseado contemplar a los Reyes antepasados, mis parientes.
_Es como si nos saludaran_observó Frodo, atónito ante aquella vista_.
_No es un saludo lo que simulan, sino todo lo contrario_respondió Aragorn a su comentario_, representan a Isildur y Anarion, hermanos, cada uno de ellos reyes de naciones distintas, y el gesto que indican es de advertencia hacia los enemigos de Gondor, en cuyos límites entramos a partir de ahora.
Todos alzaron la vista para admirar aquella maravilla del mundo antiguo y, a cada remada, aquellas moles de roca se alzaban sobre ellos cada vez más imponentes y sobrecogedoras.
Una vez dejaron atrás a los Argonath, la Compañía siguió unas cuantas horas más por el río. Se aproximaban a los saltos del Rauros y la navegación se hacía cada vez más difícil debido a la ya fuerte corriente.Un lago se abría un poco más adelante y Aragorn ordenó detenerse y salir del agua, atracando en el márgen oeste.Ya empezaba a atardecer.
Boromir lo apartó y habló con él. Al parecer seguía insistiendo en seguir la dirección hacia Minas Tirith.
Aelin se dió cuenta de que los dos hombres estaban discutiendo, Boromir llevaba la voz cantante y parecía acalorado.Aguzó el oído mientras descargaba sus cosas de la canoa.
_Confiaste en seguida en los elfos_le decía Boromir al montaraz_ ¿Tan poca fe tienes en tu propio pueblo? Sí, hay debilidad, hay fragilidad, pero aún queda coraje y honor en los hombres... Pero tú no lo ves, ¡tienes miedo! Te has pasado la vida oculto en las sombras, asustado de quien eres, ¡de lo que eres!
_¡No acercaré el Anillo a menos de cien leguas de tu ciudad!_contestó Aragorn, harto de su insistencia.
Y se fué de su lado, pasando junto a Aelin.Se dirigió a todos los demás.
_Cruzaremos el lago al anochecer. Esconderemos los botes y seguiremos a pie. Aguardaremos Mordor por el Norte.
_¡Oh sí, muy fácil!_ se quejó Gimli, que apoyaba la propuesta de Boromir de ir por el oeste_Basta con encontrar el modo de atravesar Emyn Muil, un infranqueable laberinto de rocas afiladas como cuchillas. Y después de eso, el camino es aún mejor, una infecta y apestada ciénaga, cuyo final la vista no logra alcanzar.
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ESDLA,una elfa en la Compañía
FanfictionAelin Tindómiel es la hija menor de Elrond, hermana de Arwen y discípula de su padre en el arte de la sanación élfica. Ambas se parecen bastante físicamente, pero Aelin posee una personalidad muy diferente a ella. Es atrevida, inquieta y decidida...