¡DÉJAME VERTE! (COMPLETA POR TIEMPO LIMITADO)

CAPÍTULO 9

¿A que este no lo esperábais? A partir de ahora, habrá DOS CAPÍTULOS por semana y si sois buenas/nos quizás alguno más. ¡DISFRUTADLOOOOOO!

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No hay tanto tráfico como esperaba y consigo llegar cinco minutos antes de la hora acordada. Aparco y entro en la primera tienda que encuentro. Compro una muda y una bolsa de toallitas húmedas y voy hasta el baño para cambiarme.

-Esto es una cerdada -murmuro entre dientes, pero entiendo que es la única solución y me resigno. Cuando estoy terminando y antes de que me dé tiempo a ponerme la nueva ropa interior, mi teléfono comienza a vibrar.

*¿Dónde estás?

Leo en el mensaje que me acaba de llegar.

*En el baño, ya salgo.

Respondo y no me da tiempo a terminar de vestirme cuando llega otro.

*No te muevas de ahí.

-¡Mierda! -Me pongo de pie y nerviosa recojo todo sabiendo lo que ocurrirá.

-Morenita... -Oigo cómo me llama y una especie de nerviosismo se apodera de todo mi cuerpo. ¡Acaba de entrar!

-Aquí... -apunto con vergüenza. No quiero imaginar que estará pensando la chica que ha entrado a la vez que yo y que está en el otro compartimento.

-Abre el pestillo y gírate hacia la pared. -Me indica desde el otro lado.

-¿Por qué no dejamos ya esa tontería? -Intento abrir para hablar con él cara a cara, y dejar a un lado esa obsesión que tiene con que no lo vea, pero sujeta la manilla y no puedo girarla-. Joder... no va a pasar nada porque te vea -trato de convencerlo, pero es inútil.

-Gírate. -repite con un tono más severo-. No saldrás de aquí hasta que hagas lo que te estoy pidiendo.

Expiro fuerte para que me oiga y disimulando mi gran nerviosismo, hago exactamente lo que me dice. ¿Por qué le sigo obedeciendo? ¿Será que me gusta el rol de sumisa y hasta ahora no lo había descubierto?

-Ya está... -replico con tonito a la vez que observo las juntas de los azulejos. Aunque admito que me gusta la forma en que me domina, tengo necesidad de verlo.

La puerta chirria en señal de que la está abriendo y lo primero que percibo es su perfume. Si algo me ha gustado siempre de los hombres, es eso. Admito que durante mucho tiempo fue mi debilidad y esa parte de mí, todavía está ahí-. Hueles bien -señalo para romper el hielo.

-Hoy has sido una chica muy mala y vas a tener que pagar por ello. -Como siempre, ignora mi comentario y su voz ronroneante, hace que inmediatamente me excite. ¿De verdad necesito tanto esto? Es nuestro segundo encuentro y me siento como si aún viviera en el primero-. Mmm -Agarra un mechón de mi cabello y lo huele-. Voy a partirte en dos. -Cuando se inclina para lamer mi cuello, aprovecho para girar mis ojos con disimulo y descubro que su cabello es castaño claro, pero cuando intento ver un poco más allá, se da cuenta.

-¡Quieta! -Mueve mi cabeza con fuerza para el lado contrario y la tentación de girarme completamente para enfrentarlo es cada vez mayor. Quiero verle igual que él me ha visto a mí y no tiene derecho a prohibírmelo. Cuando estoy a punto de hacerlo, se adelanta, y una cinta roja idéntica a la que utilizó la última vez, aparece frente a mis ojos, y cubriéndolos, la anuda con fuerza en mi nuca. -No vuelvas a provocarme así, Morenita -Su respiración se acelera y me empuja hacia delante.

-¿Qué haces? -pregunto cuando noto sus manos bajo mi falda. Ni siquiera me ha preparado y ya está intentando abrir mis piernas.

-Estás tan caliente que no te has puesto ni las bragas. Me gusta... -Cuando intento explicarle la razón, tira fuerte de mi cabello hace atrás y me hace daño.