A la mañana siguiente doy gracias al cielo por ser sábado y no tener que madrugar. La noche ha sido horrible y no he parado de pensar en lo que ocurrió en el baño del bar. Por una parte, debo admitir que fue el mejor polvo de mi vida, pero por otra... empiezo a preocuparme. El Seductor sabe exactamente qué hacerme para que mi cuerpo me traicione y aunque me oponga, es tan persuasivo que siempre logra someterme. En mi deseo por desconectar del mundo, le estoy permitiendo hacer cosas que no debería y se vale de eso. ¿Quién diablos se cree que es viniendo a buscarme hasta aquí? Y lo peor de todo... conoce demasiadas cosas ya sobre mí y eso me asusta.
Reviso mi teléfono y me alivia no tener ningún mensaje. Vuelvo a ponerlo en la mesilla, y al moverme, noto un pequeño dolor en la entrepierna. Si el Seductor continúa empotrándome así, al final logrará partirme en dos como me aseguró en nuestro primer encuentro. Las sensaciones aparecen de nuevo en mi mente y tengo que acariciar mis brazos para aliviar el escalofrío que me recorre por dentro. Esto de alguna forma está marcando un antes y un después en mi vida sexual, y si el tipo no fuera tan acosador, nuestros encuentros serían perfectos, o quizás no... Ya no sé ni qué pensar. Lo que sí que tengo claro es que pronto deben acabar. Antes de que pase más tiempo y vaya a más. Viendo cómo actúa, ¿quién me dice a mí que no será capaz de presentarse cualquier día en mi oficina...? Me muero si hace algo así.
Echo las sábanas hacia un lado y cuando voy a levantarme, el teléfono vibra.
—Mierda, ¿será él? —comento entre dientes y lo cojo con rapidez, pero al ver que es un mensaje de Jaime, mi estómago se contrae como si fuese una quinceañera. ¿Acaso estaré volviéndome loca? ¿Por qué actúo así? He pasado de no querer ni oír hablar de los hombres, a todo lo contrario. Eso sí, ni de lejos me planteo una relación, pero como decía Elisa hace años, no creo que pase nada por echar una canita al aire...
*Hola, Ruth, no sé qué pasó anoche, pero cuando te fuiste me quedé preocupado. ¿Estás bien?
Expulso el aire, nerviosa, y dudo en si debería responder, aunque finalmente lo hago. ¿Nos escucharía? Cuando salí, estaba muy cerca de la puerta. Mis paranoias la mayoría de las veces me la juegan, pero esta vez no sé qué pensar. ¿Estará disimulando para que no me sienta avergonzada?
*Sí, solo estaba cansada. ¿Y tú? También te noté raro.
Indago por si acaso.
*Sí, bueno... Mientras estabas perdida en el baño, hubo una pequeña pelea... y ya sabes cómo son estas cosas.
*Oh, vaya, lo siento.
Se me hace extraño no haber oído nada e imagino que ocurrió en el momento en que estaba más entregada. Seguro que el arañazo de su brazo se lo hizo tratando de separarles y me lo ocultó para que no me preocupara.
*Tranquila, estas cosas pasan a menudo. Espero tu próxima visita.
Me encanta que sea así. Ni siquiera me ha reprochado que dejé solo su negocio cuando me pidió como favor que lo cuidara. «Mierda» me digo al caer en la cuenta. ¿Y si la pelea se originó por esa razón? Cruzo los dedos para que haya sido así y respondo.
*Claro. En cuanto me quite un poco de trabajo de encima.
Cruzamos un par de mensajes más y nos despedimos.
Una hora después aún sigo en la cama tratando de ponerle rostro al Seductor y de nuevo me preocupa que no sea de mi agrado. Ni siquiera me ha permitido tocar su piel y desconozco su edad, aunque por las imágenes de sus pectorales, juraría que ronda la treintena.
Cuando me quiero dar cuenta, es tarde y tengo que ducharme a la carrera. Estos días no me ha dado tiempo a nada y necesito salir con urgencia a hacer una compra. Mi nevera está completamente vacía y las baldas de las estanterías desiertas.
![](https://img.wattpad.com/cover/266587926-288-k381886.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¡DÉJAME VERTE! (COMPLETA POR TIEMPO LIMITADO)
RomanceAVISO: Esta historia NO ES APTA PARA TODOS LOS PÚBLICOS. Puede herir la sensibilidad del lector (fuerte y explícita). La autoestima de Ruth roza niveles mínimos después de la dura traición de dos personas a las que quería. Creyendo que la ayudaría a...