Al ver mi estado, intenta tranquilizarme, sin éxito y cuando intenta hablarme, me aparto de él totalmente avergonzada y corro hasta la habitación buscando un poco de refugio. El maldito Seductor le ha enviado un mensaje, con una fotografía adjunta que me hice exclusivamente para él, cuando creí que todo iba bien, y en la que aparezco sin ropa interior y abierta de piernas. El miedo a que haya hecho lo mismo con más personas a las que conozco comienza a acumularse en mi cabeza y por un momento creo morir.
—Ruth. —Jaime golpea la puerta y sintiéndome totalmente ultrajada, cubro mi cabeza con las ropas de la cama. Después de lo que acaba de ocurrir, soy incapaz de mirarlo a la cara. Ha visto de primera mano lo que soy capaz de hacer y posiblemente por su mente han pasado mil ideas sobre mí, y ninguna buena—. ¿Puedo pasar?
—¡No! —pronuncio atormentada. Sin apartar las manos de mi cara comienzo a llorar y lo oigo suspirar—. Vete por favor, déjame sola —suplico entre sollozos. Sé que es su casa, y que no debería ni pasárseme por la cabeza echarlo así, pero estoy tan fuera de mí y ahora mismo necesito tanto espacio, que no dudo en hacerlo.
—Jamás te juzgaría por esto —señala intuyendo que estoy sufriendo más por lo que él esté pensando, que por el acto del Seductor en sí.
Podría haber esperado cualquier cosa de ese malnacido. Sobre todo, que eso mismo lo hubiese hecho con mis compañeros del trabajo. Sin embargo, no estaba preparada para que le enviara esa imagen precisamente a Jaime. La persona más importante en mi vida ahora mismo por haberse convertido en mi único pilar de carga. ¿Cómo ha conseguido su número? ¿Cómo ha deducido que estoy con él?—. Qué tire la primera piedra quien esté libre de pecado. Yo también lo hice en su momento... —Con esa frase capta mi atención y logra que lo escuche—. A varias "amigas con derechos" que conocí antes que a mi ex, les envié en un momento de... bueno, ya sabes. En un momento de calentón —No se anda con rodeos—, fotos subidas de tono de las que una vez terminó todo, me arrepentí.
—¿Te extorsionaron después? —pregunto alarmada.
—No, por suerte no llegaron más lejos que eso, pero puedo asegurarte que te comprendo perfectamente. Tenemos demasiados medios a nuestro alcance y no dudamos en usarlos sin pensar en las consecuencias. —Camina hacia la cama y se sienta a los pies de esta—. Seguro que esto a nuestros abuelos no les pasaba —sonríe y aunque mis ojos están inundados en lágrimas, logra hacerme sonreír a mí también. Ahora por su culpa, no podré quitarme de la cabeza la imagen de mi abuelo tratando de seducir a las damas con un teléfono inteligente en sus manos—. Y ahora que ya te veo mejor, necesito que me ayudes con una cosa...
—¿Con qué? —La curiosidad me puede y si buscaba mi atención, sin duda la ha conseguido.
—Necesito que te asegures de eliminar esa imagen de mi teléfono antes de que tenga tentaciones de guardármela —bromea y aunque no es buen momento para hacerlo, y menos con eso, entiendo que lo único que busca con ello es hacerme sentir mejor—.¿Quieres hacerme el honor? —Me entrega su terminal y ese gesto logra que mi confianza hacia él, crezca. Ha preferido que sea yo quien lo haga para que tenga la certeza de que él jamás la verá. Ese respeto que muestra hacia mí con cada cosa que hace, dificulta mis vanos intentos para evitar enamorarme de él y empiezo a notar que ya me están fallando los frenos. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué para una persona que encuentro y que realmente merece la pena, se tiene que ir? Estoy convencida de que la sombra de su partida me acompañará los pocos días que nos quedan juntos y no seré capaz de hacerme a la idea.
Varios minutos después y como hacemos cada vez que ocurre algo, llamamos al agente que lleva la investigación y le contamos lo que ha sucedido, llegando a la conclusión de que el contacto de Jaime lo ha debido sacar de las tarjetas publicitarias del bar. Anota el número nuevo con el que le ha escrito y me cita en la comisaría en dos horas. Según me comenta, ya tiene las cintas en su poder y parece que ha encontrado algo.
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¡DÉJAME VERTE! (COMPLETA POR TIEMPO LIMITADO)
RomanceAVISO: Esta historia NO ES APTA PARA TODOS LOS PÚBLICOS. Puede herir la sensibilidad del lector (fuerte y explícita). La autoestima de Ruth roza niveles mínimos después de la dura traición de dos personas a las que quería. Creyendo que la ayudaría a...