LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©

29. Stay with me (Parte 3)

- Capítulo Veintinueve: Stay with me (Parte 3) -

Una hora después

Un muchacho de ojos jades, se encontraba en su habitación, arreglándose para la cena con la jóven castaña.

- Es simplemente una cena, ¿Por qué debería ir tan formal?

- Ay...hermanito, se nota que no te das cuenta.

Decía la jóven que acomodaba la corbata de su hermano, quien llevaba como de costumbre una expresión seria y fría.

- ¿De qué? - repuso ante el comentario de la jovencita.

- Para una chica no es sólo una simple cena, es algo importante porque estará con esa persona especial.

- No insinúas que...

- Captaste muy rápido, felicidades. - mostró una leve sonrisa.

- Estás equivocada, lo único que tengo con ella es una amistad, nada más que eso. -aclaró viendo a su hermana alejarse para dirigirse a la puerta.

- Sí, lo que tú digas. - rodó los ojos con sarcasmo - diviértete en tu cita...digo... cena de amigos.

- Me preocupa un poco dejarte sola en casa.

- Llamaré a Alice para que me haga compañía hasta que mamá regrese de su trabajo, no te preocupes y ve tranquilo.

Dijo demasiado alegre, algo que ocasionó sospecha en él.

- ¿Segura?, Melissa espero que...

- Nada de fiestas, entendido.

- Más te vale.

La miró seriamente, ella simplemente salió de la habitación para dirigirse a la suya.

Minutos después el timbre sonó, el pelinegro bajó las escaleras para abrir la puerta, pensó que sería su madre pero en verdad era la jóven azabache, quien se quedó sorprendida al ver que él la había en la puerta.

- Eh...hola Leonardo. -sonrió nerviosa, ya que la relación que tenía con él no era para nada cercana - vine porque...

- Melissa te llamó, lo sé.

- Exactamente.

El pelinegro se hizo a un lado para dejarla pasar. De alguna manera ya no sentía la misma sensación de antes cuando la tenía frente a él, y eso lo tenía más tranquilo ahora.

- Yo justo estaba por salir, así que...adiós.

- Okey, cuídate. -despidiéndose de la mano con una sonrisa lo vió salir por esa puerta - Y suerte en tu cita con Anna.

- ¡Que no es una cita!

Gritó ya estando afuera de la casa para luego marcharse.

*

- ¿Y... cómo me veo?

- ¡Te ves muy bien!, ¡Estás muy linda, Anna!

- ¿Tú crees?

La joven castaña estaba en la sala, apoyandose en el pared y con unos nervios al saber que ya era el momento de salir con el chico que amaba en secreto, aunque en realidad eran tan sólo una palabra.... "amigos".

Tenía puesto un vestido celeste, casual y elegante; su cabello suelto hasta los hombros; unos tacones blancos, y una pequeña cartera del mismo color; maquillada a lo natural, y unos unos pendientes acompañado con un collar que llevaba una mariposa de cobre.