38. A solas tú y yo

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- Capítulo Treina y Ocho: A solas tú y yo -

Anna Roller

Verlo ingresar al salón con esa tierna sonrisa fue suficiente para saber que estas horas a su lado serían especiales.

Estábamos a poco para terminar la melodía, y como siempre para nosotros era la parte más difícil. Leonardo no dejaba de pensar, leyendo el pequeño cuaderno de notas seriamente, mientras que yo tan solo miraba las teclas y estaba quemando mi mente por encontrar el mejor final.

- ¿Que tal si para el final termine en algo suave?

Él como siempre no dijo mucho pero asintió con la cabeza para luego empezar a tocar cada tecla, me parecía tan tierno verlo así... sonrojado y avergonzado, no sabía la razón aún.

Y en mi mente aún estaban esas palabras que me dijo la ultima vez que estuvimos aquí.

- ¿Por qué estas sonrojado?

De repente escuché como tocó una tecla con gran fuerza que me hizo reír, estaba super nervioso por esa simple pregunta.

- Tsk... - apartó la mirada - Es tu imaginación.

- No lo creo, últimamente...cada vez que me acerco a tí evitas mirarme a los ojos.

Dije con suavidad mientras acercaba mi mano a su cabello, empecé a jugar con él, sin evitar mirarlo.

- No quiero que te alejes de mí, es todo lo que deseaba decirte ayer, ¿contenta?

Mi rostro se acercaba cada vez hacía el suyo, y otra vez volvía esta sensación especial.

- ¿Podrías hacerme un favor?

- Sí, dime.

- La noche de tu cumpleaños, cuando estábamos en tu habitación, tú...ibas a decirme algo, ¿qué era?

En cuanto mencioné eso, su rostro se tornó rojo y tenso.

- ¿Y...?, ¿Me lo vas a decir?

*

¿Cómo fue que pasaron a estar en esta situación? Él ahora se encontraba demasiado cerca de ella, mientras sus ojos no dejaban de verse fijamente con un brillo único y raramente especial.

- ¿En serio...quieres que te lo diga?

Mantuvo un gesto serio pero también apacible mientras sobaba su cuello con nerviosismo.

- Bien...

Respiró profundo y manteniendo tranquilidad, clavó fijamente su mirada en los ojos de la muchacha.

- Esa noche yo iba a confesarte que....

- ¿Qué....?

- Que me gustas

- ¿C-cómo acabas de decir?...

Ella lo miró sorprendida y con perplejidad en su rostro, no podía creer lo que había escuchado.

- ¿Quieres que te lo deletree?

- Eh...

- M-e...g-u-s-t-a-s.

De forma indispensable acercó más su rostro al de ella, mientras se dibujaba una leve sonrisa en él.

- Me gustas... Anna. - volvió a susurrar, esta vez en la oreja de la muchacha - El día que te acercaste a mí y me mostraste tu calidez, desde ese día yo sólo conservaba mi costumbre seriedad e indiferencia ante los demás, pero ahora recuerdo la amabilidad con la que siempre me hablabas, sin importar cuán frío fuera contigo.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora