LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©

47. El collar de varios significados.

- Capítulo Cuarenta y Siete: El Collar de Varios Significados -

Anna Roller

Estaba sentada en el marco de esta misma, no podía dormir y tampoco quería hacerlo. Su mente seguía con la pérdida de su madre y la culpa aún estaba presente, pero las palabras de su hermano la hacían reflexionar un poco.

- Ahhh.... Esto va a ser complicado.

Decía mientras juntaba las piernas y apoyaba en ellas su cabeza, la luz del sol pronto empezaba a hacerse más pequeña, la noche había llegado al fin.

- ¿Donde estará Edward?, Dijo que volvería.

Bajó entristecida la mirada

- Probablemente quiera estar solo...

De repente unos leves toques en la puerta la hicieron sobresaltarse del susto, volteó con dirección hacia atrás y preguntó...

- ¿Quién?

- Soy yo.

- Leo...

Susurró, con una expresión más relajada se levantó para luego dirigirse y abrir la puerta, parado se encontraba el pelinegro de ojos jade, viéndola a ella con una leve sonrisa que, a su vez sí denotaba tristeza pero también paz y felicidad. De alguna manera su presencia lo tranquilizaba, su dolor se había desvanecido y ahora la curiosidad estaba un poco en ella.

- ¿Y esa sonrisa?, ¿Sucedió algo?

Acercó su mano a la mejilla del muchacho para acariciarlo.

- No es nada. - respondió él con un tono sereno - sólo quería saber cómo seguías y si descansaste lo suficiente.

Ella meneó la cabeza de un lado a otro, indicando una respuesta que para nada le gustó al pelinegro.

- Anna, al menos deberías haber dormido un poco.

-- ¿Cómo quieres que duerma sabiendo que mi madre está...?

Sus palabras fueron calladas en un cálido abrazo y quedándose en silencio elevó la mirada hacia él.

- Lo sé.... - Dijo melancólico el muchacho - pero es parte de la vida perder personas importantes, cada partida es una enseñanza, sólo recuerda lo que viviste con tu madre en vida y no te mortifiques tanto con su muerte, de nada servirá, estoy seguro de que ella no hubiera querido eso.

Sus manos ahora estaban tocando las mejillas de su novia, con gran suavidad y delicadez, mientras seguía diciendo.

- Tarde o temprano el infeliz que lo hizo va a pagar muy caro por ello.

- ¿Tú....jamás te irás, verdad?

Preguntó la castaña mientras sus ojos volvían a cristalizarse nuevamente.

- No pienso dejarte sola en este momento ni en ningún otro, voy a estar junto a ti siempre y cuando tú me lo permitas, Anna.

- ¿Eso es una promesa?

- Es un juramento....que nunca quiero romper.

Acercó su rostro al suyo para darle un cálido beso en los labios, separándose segundos después, ambos tenían la mirada puesta en el otro, la conexión que se sentía era simplemente especial con sólo observarlos.

- Ahora.... señorita, debes descansar.

- Que testarudo eres.

- Mira quién lo dice.

Sonrió irónicamente para luego sorprenderse con la respuesta de la jóven.

- Entonces.... quédate conmigo hasta que me dé el sueño, sólo así podré estar tranquila.