36. Confío en tí

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- Capítulo Treinta y seis: Confío en tí -

Leonardo Jones

- Sé que tus intenciones son buenas, pero no debiste llevarme así de repente, pero.... - Suspiró la castaña - ya ni sé que estoy haciendo.

Aún seguía sin mirarlo, asegurándose unos segundos más a que no aparezca su hermano.

- ¿Aunque era para protegerte?

Dijo él con seriedad.

- ¿Hum?

- Olvídalo.

Con rapidez apartó la mirada, ¿Por qué se preocupaba por ella?, Él tampoco sabía la respuesta, ella llegó a su vida sin previo aviso, sin darse cuenta, comenzó a sentir cosas que su corazón se estaba negando a aceptar, pero al mismo tiempo no quería que se alejara.

- Lo que hice...

Lo hice para protegerte, deseaba decirle eso, pero terminó callándolo, sabía muy bien que si ella seguía a su lado todo sería un problema. Por el simple hecho de que su vida era un desastre y no quería involucrarla en ella.

- Creo que ya se fueron.

Susurró el muchacho, las voces de afuera ya no se escuchaban más, era la oportunidad perfecta para salir.

- Sí, ya debemos salir.

No dijo nada más y se levantó, su mirada dulce ahora estaba oscura, reflejando tan sólo seriedad y tristeza. Él se percató de eso en el momento que cruzaron miradas por unos segundos.

- Soy un idiota...sin darme cuenta la he lastimado.

La vió dar unos pasos hacia adelante para abrir la puerta, mientras que su mente sólo debatía en hacer lo correcto o no.

- Da igual que es lo correcto o no...

Rápidamente, sin decir nada, la sostuvo del brazo, eso hizo que ella volteara a verlo, sus ojos ya no reflejaban esa luz que lo hacía sentir tranquilo, al contrario, estaban opacos y tristes.

- Quédate.

Susurró acercando su rostro más a ella.

- Al menos hasta que dejes de estar triste.

Apoyó delicadamente su cabeza al hombro de él, no quería que se fuera, no de ese modo, si había algo que odiaba era lastimar a una mujer...pero fue lo primero que terminó haciendo y se sentía culpable por eso.

- Discúlpame...mis palabras te hicieron pensar que te quería lejos de mi vida esa noche, pero la verdad es que... - suspiró y con un poco de nerviosismo acabó acariciando su liso pelo castaño. - ya no te dejaré ir, a menos que tú misma me pidas que lo haga.

- Es tan cálido...

Sonrió levemente mientras cerraba unos segundos los ojos, pero también tenía aquel recuerdo en su mente, así que terminó alejándose.

Ahora lo miraba y notaba que él esperaba una respuesta, justo cuando también iba a pedir disculpas por lo que pasó....

¡Riiin!, ¡Riiin!

- ¡Eh!, un momento.

Se quitó la mochila para luego revisar entre todos los bolsillos, y en el pequeño bolsillo delantero se encontraba su celular, y una vez lo sacó contestó.

- Hermano, hola.

- ¿Dónde estás?

- Estoy.... Por los pasadizos del segundo piso.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora