35. Sentimientos Confusos

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- Capítulo Treinta y Cinco: Sentimientos Confusos -

Leonardo Jones

Tenía la mirada fija hacía la casa del frente, desde su balcón, por lo que veía las cortinas estaban completamente cubriendo la ventana que estaba cerrada.

— Talvez sea mejor así.

Soltó un suspiro y se adentró en su habitación para luego dejarse caer en la cama.

— ¿Por qué tuvo que llegar tan de repente y confundirme?

— ¡LEO!

— ¡Eh, mamá! — dió un gran sobresalto que hizo que cayera de la cama al instante — ¡¿Por qué no tocas antes de entrar?!.

— Oh, Cariño, lo siento — mirándolo preocupada — ¿estás bien?

— Sí, estoy bien.

El jóven se levantó rápidamente del piso y se acercó a su madre.

— ¿Pasó algo?

— Bueno... — sonrió — Los Roller nos invitaron a cenar como es de costumbre, solo quería avisarte.

— No iré — Agarró delicadamente de los hombros a la mujer para luego empujarla fuera de su habitación. — Y no intentes convencerme.

— P-pero...

— Nada de peros, necesito estudiar, vete por favor.

Dijo eso para luego sacar por completo a la mujer y cerrar la puerta al instante.

— Agh... — dejándose caer en el piso mientras apoyaba su cabeza en la puerta.

*

— Cielo... Melissa, ¿puedo pasar?

— Claro, mamá.

La jóven se encontraba envuelta en cama, viendo su móvil.

— Te venía a decir que te alistes para ir a la cena de la familia Roller.

— No quiero ir. — repuso con el semblante serio.

— ¿Qué, tú también?!, ¡¿Pero que les pasa a los dos?!

— Me da pereza

También no quería ir por la incomodidad que aún sentía la jóven al encontrarse con cuya pareja le había causado problemas, a pesar de sus disculpas, todavía no conseguía el perdón de ninguno. En su fiesta de cumpleaños no había tenido ninguna cercanía con Edward, y Alice aún se mantenía indiferente con ella, el simple hecho de que ella aceptara venir a su casa esa noche no significaba que la azabache la hubiera perdonado, las dos ya no hablaban como antes, simplemente fue apariencia e hipocresía.

                        ****

— ¡Alice, perdóname, por favor!, Fuí muy egoísta, admito mi error, pero por favor...no quiero que la amistad entre nosotras acabe.

La jóven miró atentamente, con tristeza, a la azabache que mantenía un semblante serio, ésta respondió con gran frialdad en ese momento.

— Yo no te guardo ningún rencor, Melissa. Sin embargo, el perdón no se obtiene de la noche a la mañana, y aunque estés disculpada eso no cambia las cosas que dijiste... — Desvió la mirada — aceptaré tus disculpas cuando en verdad te sientas arrepentida, lo único que podría hacer ahora... es aparentar que no pasó nada porque ambas seguimos siendo amigas de Matteo, y sabes que el odia que discutamos. Confórmate con eso.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora