33. Una carta de amor.

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- Capítulo treinta y tres: Una carta de amor -

Leonardo Jones

Con la mirada seria, comenzó a acariciar su cintura suavemente, mientras que su otra mano agarraba su mentón para que lo mirara fijamente.

- P.. Para tu información no es la primera vez que lo juego.

Titubeó la muchacha.

- ¿Ah, sí...? Entonces no tengo porque jugar este juego contigo.

Susurró casi cerca de la oreja de la castaña, poco a poco estaba mostrando una parte de él que no conocía, esas ganas de hacer algo indebido, apasionado y lleno de locura, moría en su interior por intentarlo. Sin embargo, el comentario de la jóven lo hizo volver a la realidad haciendo que se aleje al instante de ella.

- Ya no volveré a caer ante tí.

- Me gusta lo difícil. - Él sonrió arrogante para luego verla seriamente - Pero tampoco soy el tipo de hombre que se aprovecha de una muchacha sumamente borracha y que no sabe de lo que dice.

Caminando, dió unos pasos hacia adelante.

- Si en verdad quieres volver a casa, pídeselo a la persona que te acompañó - dijo fríamente - nos vemos mañana en la universidad, si es que no te da una buena resaca después de esta borrachera.

Exclamó mientras se alejaba entre la multitud, no pensaba volver a caer tan fácil en las redes de aquella muchacha, al igual que ella, el pelinegro también era difícil de tentar.

Al dia siguiente

Ya era de mañana, la joven ya se encontraba casi lista para salir de su habitación, tan solo le faltaba peinar su cabello e irse. Apenas terminó se dirigió a la ventana, soltó un leve suspiro y rezó entre sus pensamientos que sus ojos no se fijarán al frente.

- No mires, solo abre la ventana y listo.

Debia aceptar que le dolía un poco la cabeza, pero aparte de eso estaba muy triste por la manera que le habló e hizo con el pelinegro.

- Hizo sol este dia. - Sonrió mientras abría las ventanas.

Dio media vuelta para seguir haciendo lo que le faltaba, después se acercó a su cama a agarrar su mochila y salir de su habitación.

Leonardo Jones

Era un día como cualquier otro y el pelinegro se encontraba ingresando a la universidad, fingiendo como si no hubiera pasado nada anoche.

- Fue un momento insignificante como otros, no debería darle mucha importancia, ¿verdad?

Inconscientemente comenzó a hablar solo mientras caminaba por los pasillos hacia su respectivo salón, donde tendría que ver a la castaña con un poco de incomodidad.

- ¡Leo! - Dijo Violet.

- ¿Uh? - volteando la mirada para atrás - Ah...hola.

- Jaja, no me mires así - nerviosa - ¿sigues molesto por lo de anoche?

- ¿Tú crees?

Fulminándola con la mirada.

- Sí lo estás.

- Tengo que ir a clases o llegaré tarde.

- Oh...¡espera! Necesito que me hagas un favor. - Sacando una carta de su mochila se la entregó al pelinegro.

- ¿Y esto?

Agarró la carta y la miró un poco confuso.

- ¡No te atrevas a abrirla, si lo haces te mato!.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora