- Capítulo Cuatro: Sin control -
París - Francia
Pov: Anna Roller
Eran las ocho de la noche, y en la gran sala de la casa me encontraba yo, tocando como todos los días un piano, regalo que me dió mi abuela cuando tenía apenas seis años. Desde aquel entonces no dejé de tomar varias clases para mejorar, ahora sé que no puedo dejar de tocar, incluso en mis peores momentos.
La melodía se escuchaba por todo el lugar, por suerte mi abuela había salido con unas amigas suyas, pero ya era algo tarde y si no me encontraba en mi habitación tendría problemas.
Dejé de mirar los teclados para elevar mi mirada y fijarme en aquella gran ventana que estaba al frente mío, la cuidad y ese lindo cielo azul eran cosas que simplemente me hacían sentir tranquila.
— ¿Señorita Anna?
Pamela, la sirvienta de la casa, estaba ingresando a la sala con una calida sonrisa.
— Ya es hora de que esté en su habitación, mañana debe ir temprano a la Universidad.
— Sí, lo sé, es que estaba pensando en algo.
— ¿En qué?
— En que a veces me gustaría ser una chica normal, como las de mi edad, esas que van a fiestas y se divierten.
— ¿Esa jovencitas que terminan con hombres mayores?
Bajé la mirada cuando escuché eso.
— Ay, mi pequeña.
Sentí como acariciaba mi cabello con gran delicadeza, haciendo que mi cabeza se apoyara en su pecho y cerrara unos segundos mis ojos.
— Ya llegará su momento para divertirse como desea, pero... cada cosa en su lugar, usted no es cualquier chica.
— Ya me dí cuenta.
— Que esté en esta casa, no significa que sea una chica menos que las demás.
Elevé mi mirada, prestándole atención.
— Usted es una chica buena, gentil y amable, encima será una futura profesional, con metas en mente…¿cree usted que todas tienen ese mismo pensamiento?
— ¿No?
— Claro que no, cada chica es distinta, pero eso no significa que sea menos que la otra, cada una tiene gustos distintos, con sueños distintos.
Volteé mi mirada hacia la ventana, escuchando las palabras de la señora Pamela.
— Estoy segura de que usted será muy feliz.
— ¿En serio lo cree?
— Obviamente, y cuando encuentre al chico ideal, más aún.
— ¿Chico ideal? — solté una risita — no, yo no quiero un chico por el momento, mi abuela dice que eso es una perdida de tiempo.
— El amor no es una perdida de tiempo, todo lo contrario, es algo hermoso y muy valioso que querrás recordar toda la vida. Lo entenderá cuando encuentre al chico ideal, uno que le haga sentir mariposas y muchos nervios con sólo verlo.
— Miras muchas telenovelas.
— Creo que sí.
Ambas reímos un poco.
— Bueno, tienes razón, tengo que ir a descansar.
— Descanse, señorita.
— Descanse, Señora Pamela.
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LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©
RomanceLa muerte es de distintas maneras; que te quiten la vida, suicidándote y por ultimo morir con tu propio sufrimiento interno. En este mundo lleno de hipocresía, fingiendo ser algo que no eres para ser aceptado por todos, solo unos pocos tienen el va...