14. Fiesta de disfraces

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- Capítulo Catorce: Fiesta de Disfraces -

Alice Miller

Los rayos de luz se colaron entre las cortinas de mi ventana, quise estirarme, pero una mano descansaba sobre mis pechos, y una pierna aplastaba una de las mías, esa sensación me comenzó a parecer rara.

— ¿Pero que carajos...?, Ay no...

En cuanto abrí de golpe los ojos descubrí de quién se trataba, me ruboricé por completo y maldije en mil idiomas este momento.

— ¡Idiota¡, ¡¿Qué haces en mi cama?!

— Ah... — el castaño bostezó al mismo tiempo que acariciaba uno de mis pechos sin darse cuenta — ¿Ya amaneció?

— ¡Ahhhh!, ¡Maldito pervertido!

Grité como una loca al instante y le dí una patada en el estómago que hizo que cayera al suelo.

— ¡Agh!, ¡¿Qué mierda te pasa?!, Eso duele...

— Matteo, se puede saber.... ¡¿qué miércoles haces en mi cuarto?!, ¡Y t..todavía en mi cama!.

— ¡Alice!, ¿Estás bie...?, oh...

Mi hermana ingresó a mi habitación, y cuando miró al castaño, que aún estaba en el piso, volteó a verme estupefacta.

— Jaja, Alice, déjame explicarte.

— ¡Hazlo ya!

— Par de locas... — dijo él.

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— No puedo creer que te haya pedido que te quedes en mi habitación...

Dije con la cara llena de vergüenza mientras iba de camino a la universidad junto a Matteo y violet.

— ¿En serio, no lo recuerdas? parecías una despechada, tampoco te preocupes que no hicimos nada.

— Debe ser porque antes de regresar se tomó como cinco vasos de cerveza. — dijo mi hermana.

— ¡¡¿Y por qué diablos no evitaron eso?!!

— Estabas borracha.

— Y ya sabemos como te pones cuando estás así.

— En verdad... — indignada y furiosa a la vez — Son una bola de inútiles.

— ¡¿Eh?!, ¡No lo somos! — exclamaron los dos.

— Agh...

Suspiré y continúe caminando, pero mi mente solo pensaba en una sola cosa, y era en Melissa junto a Edward.

Carajo...

Estaba tan metida en ese recuerdo que no me percaté en que momento ingresé a la universidad y caminaba por los pasillos completamente sola y en silencio.

Llegué a mi salón y lo primero que vi fue el asiento de Edward, estaba vacío y eso me sorprendió un poco, él no era de llegar tarde o faltar.

*

*

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— ¿Dónde estoy? — preguntaba un muchacho pelinegro que poco a poco abría los ojos. Lo primero que vió fue a dos personas al frente suyo. Estaban en una habitación de un hospital, fue entonces que recordó todo lo sucedido e intentó levantarse pero no pudo hacerlo ya que sus dos manos estaban amarradas en la camilla.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora