19. Mi dulce gatita.

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- Capitulo Diecinueve: Mi dulce gatita -

Edward Roller

- Jum... Al parecer "El Leoncito" sacó las garras.

La mirada que él mostraba era algo que detestaba, no entendía porqué Anna estaba con él. Lo que faltaba, que ella sea amigo suyo.... ¿No basta con que sea mi vecino?

- Tú ni nadie me dirá como me tengo que comportar con mi hermana. Si hablamos de hermandad, terminarías perdiendo y bien sabes porqué.

- Si te refieres a melissa, no es mi problema meterme en sus pleitos amorosos, así que no digas estúpideces, una cosa es protegerla y otra muy diferente meterme en su vida personal.

Empecé a dar pasos hacia él con la mirada serena y tranquila, no negaré que tenía ganas de golpearlo pero no lo haré... Jamás hemos peleado, y hacerlo no valdría la pena.

- Alejate de mi hermana, hablo en serio Leo... Lo unico que le traerias serían problemas o te tengo que hacer recordar lo que pasó en la cafetería. ¿En serio nisiquiera te puedes defender de una mujer? Entiendo que eres un caballero pero vamos... No des vergüenza y esperes que otra persona te defienda.

Di medía vuelta para empezar a caminar hacia la puerta.

- ¿Crees que soy igual que tú? - preguntó sarcástico - da más vergüenza el idiota que no sabe respetar a una mujer, cuando sepas el significado de respeto y modales, talvez... sólo talvez ahí sí te haga caso por primera vez, hasta entonces haré lo que yo quiera, incluso acercarme a ella si lo desea.

Pero dudo que eso pase.

- Lo voy a repetir por ultima vez... No te acerques a Anna.

Sin decir nada más salí del salón, vi como Alice y mi hermana estaban esperándome apoyadas en la pared. Gustavo estaba al lado de Anna, conversando un poco y animándola después del vergonzoso momento que le hice pasar.

- Edward. - Alice se acercó a mi para luego abrazarme unos segundos - Tienes que hablar con tu hermana, y disculparte.

- Pero...

- Admite que estuviste mal.

- Ah... - suspiré frustrado - de acuerdo.

Me quedé callado un momento hasta que...

- ¿Lo harás?

Preguntó ella viéndome fijamente.

- ¿Ahorita?

- No, mañana, a esta misma hora, ¿qué te parece?

- Entiendo tu sarcasmo, pero creo que sería mejor...

- Edward.

- Okey, okey. Tú ganas, ¿contenta?

Ella acercó su rostro a mi mejilla para depositar un beso y luego sonreírme levemente.

- Hazlo ¿sí?

- Como digas, señorita Miller.

Sonreí levemente.

- Pero lo haré cuando salgamos de acá.

- Ay... vamos. ¿Por qué eres tan orgulloso?

- ¿Soy orgulloso?

- Demasiado.

- Jum.... Que orgullo.

Me dió una palmada en el pecho.

- Tonto.

Estábamos por irnos los cuatro.

- Yo ahorita los alcanzo.

LOVE OR DIE - La decisión es tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora