59. Dos corazones engañados.

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Amelie Brangwen

El calor de las luces me sofocaba mientras me movía entre la multitud de trajes elegantes y conversaciones superficiales. La mansión, imponente y llena de ostentación, parecía burlarse de mi deseo de anonimato. Cada rincón me recordaba la vida que había dejado atrás, una vida de privilegios que me ahogaba y de la que había escapado en busca de libertad.

Esto no tiene sentido, no debería estar aquí, si mi madre se entera que me involucré en una fiesta como esta es capaz de matarme.

Cerré los ojos por los nervios de punta que sentía de nada más imaginar que esté frente a mí, con aquella mirada sombría y fulminante.

Tranquila...no pienses en eso, ella está fuera del país, es imposible que se entere, de todos modos sólo quiero divertirme un poco...

— ¿Todo bien?

De repente, una mirada cálida y sincera me atrapó.

— Eh sí.

— Menos mal.

Su sonrisa genuina y sus palabras me hicieron sentir por primera vez la paz que necesitaba esta noche.

— Deberías dar la bienvenida junto con tus padres.

— Ellos lo hacen bien sin mí.

El mesero de la fiesta se acercó a nosotros con dos copas de vino, ambos correspondimos en agarrar las copas para después tomar un poco. Su mirada traviesa me hizo curiosear qué es lo que va a decir, dio un pasó hacía mí y susurró en mi oído.

— Te ves espectacular.

Un leve sonrojo apareció en mis mejillas que desvié la mirada de la vergüenza. Lo escuché reírse que rápidamente voltee a verlo, no podía entender como estaba tan tranquilo después de decir eso, ¿Y por qué lo permitía?.

— Por tí. — elevó la copa hacía mí.

— ¿Por mí?

— Para que la señorita Brangwen deje de ser un poquito amargada, y para que deje de ocultar quién es en realidad.

— ¿Por qué siempre piensas que oculto algo?

— Porque al verla señorita Brangwen me veo a mí mismo, veo la libertad que me gustaría tener, con usted veo y siento esa paz que anhelaba desde pequeño.

— Así le dirá a sus fanáticas.

— ¿En serio piensa que adoro que me persigan y se mueran por mí?

— ¿No es eso cierto?

Sonrió y se acercó a mí — No, no es cierto.

— No le creo.

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⏰ Última actualización: Jun 13 ⏰

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