Pov. Federico Germán
Sentía los nervios de punta, no podía evitar preocuparme por Sandro, se que sabe defenderse muy bien y que es fuerte, pero sin embargo, es algo que no puedo evitar.
Amara me tomo por sorpresa muchas veces estos días, primero la extensa colección de daga y cuchillos en el compartimiento secreto de su armario, luego el combate, ¿ no guarda un arco y una K-45 bajo su cama de casualidad?
Ella siempre me pareció una chica misteriosa, siempre tan callada, siempre tan observadora.
Desde el primer día que la conocí supe que algo no andaba bien con ella, pero bueno, ¿a caso andaba bien algo en nosotros? Claro que no, estábamos en un psiquiátrico por algo, y Amara Riddle no sería la excepción.
La muy perra me dejó en medio del pasillo oscuro con los nervios de punta, ¿que no sabía que yo podía llegar a ser una de las personas más cobardes en la tierra? Practique el movimiento que me enseñó como cinco veces para asegurarme de que no se me olvidara y lo hiciera correctamente, pronto me di cuenta de que al impulzarme con el pie izquierdo en la posición que ella me indicó, fácilmente podía evadir un ataque y quedar a las espaldas de mi enemigo, y si hacía caso a la referencia que Amara me dio sobre donde clavar el cuchillo, mataría a mi oponente en segundos.
Justo en el corazón.
¿Así era como se defendía siempre? ¿Con un puñal por la espalda?
Eso dejaba mucho que pensar, lo que me hacía desconfiar más de ella, pero a pesar de nuestras asperezas, había aprendido a quererla un poco, era más bien como el respeto que le tienes a una persona que a pesar de todo da el mejor ejemplo, así era lo que sentía por Amara, era esa fidelidad que sabía ella compartiría por qué ella era ese tipo de personas en las que podías confiar sin dudar.
Pero yo nunca fui alguien confiado.
Pero Amara también era mi amiga.
Le observe caminar sigilosamente hacia el guardia justo cuando decenfundaba sus dagas, por un instante creí que lo mataría, de verdad que sí, que había llegado a límites extremos más que por un par de documentos, sino por diversión. Pero entonces, hizo lo que ni en un millón de años habría imaginado posible.
Ella se acercó al barandal y se lanzó por él.
Ahogue un grito al ver desaparecer su figura por el vacío, y un agudo pánico se adueñó de mí, ¿se había suicidado? ¿La muy maldita se había suicidado y me había dejado aquí a la deriva? No lo podía creer, pero algo dentro de mí me pidió tener fe en ella y ser positivo.
Espère unos segundos más, sintiendo el silencio del pasillo cada vez más abrumador y escalofriante.
Sip, posiblemente se mato, la muy remaldita.
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Pov. Amara Riddle alias: la suicida. 🤣
Al caer por el barandal pude sentir a la muerte abriendo sus brazos para mí, la sentí susurrar dulces y venenosas palabras en mi oído, queriendo convencerme de ceder ante sus encantos.
Pero como siempre lo hacía.
Le saque el dedo corazón mientras le decía " Fuck You, bith" Me sostuve de una de las vigas de soporte bajo el puente, quedando así balanceandome en una sola mano, logre aferrarme con la otra mano y me trepe a esta, las vigas bajo el puente estaban conectadas por otras que eran horizontales y que le daban un toque colonial al puente de madera de roble macizo.
Las vigas estaban lo suficientemente separadas como para no poder pasarlas estirando el pie hasta el otro extremo, así que por lo tanto, tendría que utilizar una cuerda o algo para poder llegar a la siguiente.
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Amara
RomanceUn psiquiátrico. Un montón de mentes rotas. Algunos se llaman presas, y otros cazadores. ¿La verdad? Aquí, nadie sabe quién es quién, pero si hay una ley, si te duermes, te cazan, y no precisamente en un altar. El caos reina es este lugar sin nombre...