Amara

38. Tarde Agradable.

Pov. Amara Riddle

Llegó fin de semana, habían actividades recreativas en el patio, pero no tenía ganas de salir, no tenía ganas de nada, me limite a tomar asiento en el diván bajo la ventana, observando el clima nublado y frío que hacía afuera.

Antes, cuando era feliz, mi madre solía decirme que cuando estuviera triste, imaginará ser una nueve, y que como nuve debía de llorar lo que sentía y pronto volvería a ser blanca, ¿pero de que servía ahora? Ni siquiera con todas las lágrimas del mundo lograría aclarar el color de mis pensamientos y corazón, tan negro como el alquitrán, tan tóxico como el Francio y tan vacío como una caída libre.

No salí a Desayunar, a pesar de que me rugia el estómago, que de algunos meses a aquí, me parecía.... Un poco abultado.

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Pov. Dominic Foster

Falte los días restantes hasta el fin de semana, no quería ver a aquel desgraciado en ninguna clase, ni en ningún pasillo ni en ningún lado. Verlo había revivido traumas de mi infancia, una que debía de haber sido feliz y llena de amor, pero que - muy contraria a lo que fue - era un infierno, plagado de pesadillas y dolor, de tanto sufrimiento, de tanta soledad.

Pero lo que sí sabía era que Amara no estaba bien, desde que volvió de aquel - casi inexistente secuestro - había cambiado, su actitud picarona y divertida había menguado, había dejado de ser la chica que caminaba por los pasillos con la cabeza en alto, demostrando ser dueña de todo a su pasó. Pero esa chica ya no estaba.

Había dado un cambio drástico, su cabello estaba más largo, ya llegaba un poco mas abajo de sus hombros, como muestra del tiempo que había pasado, su mirada azulada ya no era tan afilada como antes, parecía apagada, triste, algo me decía que no estaba bien, a pesar de no ir a clases, no le había perdido de vista, notando en ella cada uno de esos defectos que empezaron a dañarla de un tiempo para acá.

Algo no me cuadraba en todo esto, Jasper había vuelto, lo cual en parte me aliviana el pensamiento, por que a pesar de todo, él había sido mi amigo, había sido yo el que decidió alejarlo y que las cosas entre nosotros fueran así. Ahora pasaba más tiempo con aquel chico nuevo, Fox, creo que era su apellido, el amigo de Amara también pasaba tiempo con ellos, además de ella, que había cambiado de mesa poco a poco, antes, la que compartía con Carolina, era ocupada por su hermano, Federico y ella, algo me decía que las cosas se había fragmentado, y no sabía de qué forma.

Pero de algo si estaba seguro; No dejaría que este lugar atrapara entre sus garras a Amara. no podía dejar que se apagará.

Quería empezar desde cero con ella, y para eso, tenía que abrirme a ella, aunque la idea me.... Inquietaba, me turbaba, ella podría pensar que era un monstruo y alejarse de mí, lo había hecho ya una vez, podría hacerlo una segunda vez, y no volver nunca, tomaba esto como una segunda oportunidad, sabía que no habría una tercera, por lo tanto tenía que aprovechar el tiempo.

Mis instintos me decían que no queba mucho de ese, que algo andaba mal y que lo más probable era que todo terminará con un final para nada agradable.

Así que, tomando algunas cosas, prepare una sorpresa, fui y vine por el bosque con libertad, recorriendo los caminos por los cuales me había perdido en las noches más oscuras para mí, con la inútil esperanza de alejarme de todo y no saber nada del mundo, recordé muchas cosas mientras preparaba aquellos detalles que no había preparada nunca nadie.

Y pense en mi familia, en mis primos.

Carolina Foster y Deiner Pride.

Recordé a mi primo con sus extrañas salidas nocturnas, en las que llegaba a tardías horas de la noche con manchas de color carmín sobre la ropa, y a mi prima, con sus alocados cabellos negro y su cara inocente, ¿como alguien como ella había llegado a este lugar? Había sido arrastrada por la oscuridad y las engañosas sombras de su hermano mayor, ella tan solo era una niña cuando todo ocurrió, cuando él empezó todo y lo mandaron lejos.