12 Sin Mascaras

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Pov. Carolina Priden

Caminaba a paso apresurado mientras subía al tercer piso, abrí la puerta de su celda y entre cerrando tras de mí. Él miraba por su ventana abarrotada ensimismado con las nubes grises en el cielo.

— esto pasa cuando está enojada.... — murmuró sin mirarme, más para si mismo que para mí. — ¿que? — pregunté sin entender.

— antes, cuando las cosas  iban mal, era como si el clima conspirara con ella, se oscurecía y entonces ella atacaba — decía ensimismado, me quedé mirándolo con lástima.

— Hermano, ella murió hace años.....

— ¡No! ¡Ella no está muerta! — grito volteando a verme con ira, mi hermanos, tenía lágrimas en las majillas y el ceño fruncido.

— hermano... — intente acercarme a él para abrazarlo, pero me apartó de un fuerte empujón. — no lo entiendes....

— entonces dime, ¡explicame que es lo que no entiendo! — le pedí con los ojos acuosos.

— ella no está bien, ella acaba de despertar.... Y eso solo significa una cosa.

— ¿que?.....

— alguien revivió su pasado, y no parara hasta que todos mueran....

— ¿por que?

— por qué su máscara está rota, ya no puede resistir más, ella necesita matar. — dijo con un tono sombrío. — ¿desde cuando eso te afecta? — pregunté cruzandome de brazos.

Él río sin gracia y se acercó hasta quedar enfrente de mí, él atrajo mi rostro con sus manos y beso mi sien con cariño.

— no me molesta, me divierte, pero hay algo que me preocupa. — dijo posando sus manos sobre mis hombros. — ¿el que?

— en qué tu estés del lado equivocado y termine matandote. — algo en mi se tenso, la posibilidad de que alguien inexistente me matara era ridícula, la chica de la que fantaseaba mi hermano había sido una niña en nuestra infancia, una niña que murió.

— eres idiota, ¿por qué no lo superas? Ella está muerta, ¡murió cuando tenías quince Joder! — dije ya exasperado, él solo me miró serio para luego explotar en carcajadas.

— eso es lo que no entiendes.

— ¿podrías dejar tus mierda de una vez e ir al grano? — dije borde, él se apartó y se sento con las piernas elegantemente fruzadas sobre su cama.

— yo la salve, Carol, yo la salve y ella está viva, y ella está aquí, se desatará más atrocidades de las que la él viejo cazador cometía ¿sabes por qué? — yo negué y él asintió complacido.

— por qué ella no tiene compasión, ella es pura crueldad, ella decide cuando empieza y cuando termina, cuando veas su primera obra lo entenderás, entenderás que el cazador se convertirá en presa y que ella siendo tan pequeña oculta una bestia, dime hermanita ¿ya sabes quien es? — volví a negar con hostio.

— no, y si tu chica fantasma entró, dudo de que lo haya echo junto a Amara quien entró ya hace una semana — dije con un encogimiento de hombros.

— ¿Amara? — preguntó él, curioso, yo rei levemente. — Amara es mi compañera de dormitorio, es muy tímida y amable, sufrió un ataque del cazador y salió viva, curioso, el cazador no deja cabos sueltos.

— ¿algo más sobre ella? — preguntó. — tube un pequeño ataque y ella entonces empezó a golpear cosas y la sedaron, la dejaron en coma y despertó hace dos días. — dije con admiración, tanta fuerza era digna de admirar.

Amara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora