11 Conversaciones Extrañas

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Pov. Amara Riddle

Ese " que haces aquí" me dejo pensativa, poniéndome los nervios de punta y entrando en modo defensivo, esas tres palabras sonaban como una pregunta de doble sentido, ¿que hacía aquí? Era una buena pregunta, una pregunta que viniendo a mi tenía que ser de palabras cuidadas.

— ¿a qué te refieres.?  — pregunté con algo de inseguridad.

— sabes a que me refiero — dijo mientras ladeaba la cabeza levemente en un gesto inconsciente. — no, no lo sé, sino no te preguntaría dag..

— en algún momento me tendrás que decir, pero por ahora, ¿te divierten los shows no? La forma en la que la gente se pelea por cosas tan banales ¿no es así?

Sus manos alrededor de mi cintura empezaron a trazar caricias circulares con sus pulgares, poniéndome incomoda y un poco más nerviosa.

— te gusta ver como todo se desmorona a tu alrededor, te gusta ver la casa arder ¿cierto? — pregunto él inclinándose hasta que su frente se apoyo en la mía.

— ¿y a ti, Darien ? ¿Te gusta ver las cosas arder a tu alrededor? — pregunté de vuelta sin despegar mis ojos de los suyos.

— me encanta....

— lo admites — dije un tanto sorprendida, él entonces me miró y se apartó hasta volver a cernirse sobre mi nuevamente. — ¿esperabas que no? Yo acepto mi condición, Amara, ¿tu aceptas la tuya?

— yo estoy bien — dije intentado convencerlo, pero creo que eso me lo decía mas a mí ¿estoy bien siquiera?. — ¿estas segura?

— sí — respondí cortante, a lo que él río. — eso dicen todos, nadie está seguro aquí.

— ¿de que hablas? Me confundes Joder — dije apartándome de él, me di la vuelta y camine hasta el sofá para sentarme. — siento que hablas de otra cosa, ¿a qué te refieres?

— no lo entiendes, no creo que lo hagas alguna vez, pero aquí, nadie está seguro, ni siquiera yo. — dijo con un tono sombrío mientras tomaba asiento junto a mí.

— Darien, ¿de que hablas?.....

— ya no te hagas, se que ya te has dado cuenta de lo que pasa aquí — dijo serio sin mirare, yo suspiré aliviada y me recargue en el espaldar.

— sí, una casa de locos, de asesinos, pero no entiendo por qué lo protegen — dije sin perderle pista a su perfil, para captar algún cambio en su expresión.

— bingo. — dijo mientras sonreía de una forma tan amplia que por un momento considéré preguntar si no le dolía. — lleva pasando años, muchos antes de que llegaras.

— ¿cuando empezó? — pregunté frubciendo levemente el ceño.

— cuando nosotros llegamos.

Entonces todo pasó muy rápido.

En un parpadeo estaba tumbada sobre el sofá con los brazos inmovilizados a cada lado de mi cabeza mientras que Darien se encontraba sentado sobre mis caderas con su peso medianamente inmovilizando mis piernas.

¿Que....

— dime, Amara, ¿cuál es tu secreto? ¿Quién eres en realidad? — dijo con una sonrisa cargada de malicia.

— no hay ningún secreto.... — dije con la mandíbula apretada.  — ¿ah, sí? ¿Que me dices de la sección bloqueada en tu expediente? ¿Que hiciste Amara? ¿Que hiciste que fue tan grabe como para que lo bloquearan?

— nada.

— mentira.

— sueltame.

— no.

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