Pov. Narrador Omnisciente.
25 años antes.
Verónica Cross, era una reconocida y temida reina de la mafia, hija del Boss de la mafia roja he hija de la Capo de la mafia de Roma.
Era la mujer más hermosa y peligrosa de la que se haya hablado en la historia, poseía una belleza única, perfecta, sus rasgos ruso-romanos eran la perfecta convinacion de la crema y nata de la corrupción.
Fue criada como lo que sería para el futuro de su gente; Una asesina, una reina y comandante de todo un imperio. Su largo cabello negro le daba un aspecto de ninfa, mientras que su curvilineo cuerpo de sirena y su Nivea piel pálida le daba ese toque delicado que tendría una muñeca de porcelana, una bella muñeca capaz de cortarte la garganta en un abrir y cerrar de ojos.
Ese día, el día en el que comenzó todo, había un importante cargamento de coca que entraría al país por el puerto de carga en Sicilia, Italia, ahí residía la reina de toda la mafia, protegida por la mafia italiana, cortesía de su mejor amiga Anna Isabella de Castro.
Un escuadrón grande estaba preparado para asegurarse de que la reina estuviera bajo resguardo mientras iba personalmente a cerrar el trato en el puerto.
Aunque, claro, nunca fueron avisados de la emboscada que les tendrían los agentes del F. B. I
Ese día, después de firmar los últimos preparativos del encargo de coca, Verónica fue por una copa de Whisky de su licorera en su lujosa oficina, el trabajo y papeleo la hacían sentir saturada, ella se acercó a los altos ventanales observando el clima que auguraba en Sicilia.
Esta muy nublado... Evoca tormenta.
Había pensado la bella rusa, sus ojos azules cual zafiros recorrieron el firmamento observando los nubarrones grises y de matices negruscos.
Espero y esto no sea un inconveniente para el cargamento, diablos.... Tengo tanto sueño...
La joven rusa no había podido conciliar el sueño, pues las constantes pesadilla la acosaba día y noche, sin contar que en el día, ella tenía que convertirse en la pesadilla de muchos, mientras que en las noches, volvía a ser la joven chica que habían tomado para construir al monstruo que todos temían.
Horas más tarde, Verónica bajó por las escaleras de mármol de la entrada de su inmensa Mansion, vistiendo un Jersey de cuello alto y manga larga en color negro que se ceñia a su torso, unos pantalones de vestir de cintura alta en color gris y un saco blanco a su medida, unas botas de combate con algo de tacon y armada hasta los jodido dientes. Dejando su cabello negro al viento sobre su delicada espalda.
Ella subió a la camioneta blindada que aguardaba por ella en la entrada y partió rumbo al puerto de carga por los atajos y caminos ocultos en las calles de Sicilia.
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Él era el mejor de su generación, un detective en ascenso al cargo de teniente, era una máquina de matar, era un peligroso y letal metro noventa y cinco de puro musculo, golpes y violencia, considerado un titan entre los suyos.
Hoy estaría presente en el altercado que le harían a la gente de Castro, con el objetivo de atrapar al capo...
Lo que no sabían era que se iban a encontrar con la reina de la mafia, con lo que no contaban, era que ella sería igual que él y que no dudaría en destruir todo a su paso.
Héctor Riddle iba listo, armado hasta los dientes con su traje táctico, a medias, pues el creía que aquellas cicatrices que le quedaban en cada misión eran una medalla para si mismo, "otra ralla al Tigre " decía él.
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Amara
RomansaUn psiquiátrico. Un montón de mentes rotas. Algunos se llaman presas, y otros cazadores. ¿La verdad? Aquí, nadie sabe quién es quién, pero si hay una ley, si te duermes, te cazan, y no precisamente en un altar. El caos reina es este lugar sin nombre...