10 Supremacy

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Pov. Dominic Foster

Ya hacía una semana que no la había vuelto a ver, sabía que estaba en coma, pero no me dignaba a ir a verla, ¿por qué? Por vergüenza, de mi mismo, se supone que había prometido cuidarla, se supone que debía de asegurarme de que ella estuviera bien, y había echo todo lo contrario, ella había tenido un ataque de ira, y había salido doblemente perjudicada.

Ahora quizás sabía por qué alguien como ella estaba en este lugar, la chica se arriesgaba, era impulciba y explociba, très cualidades que encajaban en un perfil psicópata, no quería pensar mal de ella, y ciertamente no iba a juzgarla, por que yo también estaba aquí, y quizás no por golpear a un profesor o robar un banco y hacer algo estúpido.

Yo había matado.

A sangre fría, y no sentir arrepentimiento era algo que encajaba también en el perfil de un psicópata, al igual que un asesinato, por eso, no la juzgaria, por que yo si era un maldito loco de mierda, y ella quizás estaba aquí por error.

No había estado ahí para ver como destruía todo, por eso no creía en lo que rumoreaba en los pasillos, solo quería que estuviera bien y que se mejorará rápido.

— ¿por que tan callado Dom? Tu nunca te cansas de cacarear y ahora está como si te hubiera comido la lengua el gato — mire mal a Angelo quien comía tranquilo frente a mí.

Angelo después de ser encontrado habia tomado mucho reposo, recibiendo sus clases por distancia hasta que se mejoró y pudo volver a asistir, pero también habían cosas que me inquietaba, como el echo de los últimos tres cadáveres encontrados en estas instalaciones.

Charlotte Sheller.

Amanda Clare.

Y Carmindy Grey

Amanda Clare era reciente, y Charlotte fue encontrada la misma noche en la que atacaron a Amara, Carmindy era enfermera, y fue encontrada muerta por los pasillos, sabía desde hace años que había un asesino entre nosotros, y aunque tuvieran las pruebas, no lo revelarán.

Yo también mataba, lo admito, pero déjenme decirles que las personas asesinadas por mis manos no eran personas buenas, tenían su historia, y yo las sabía todas, pero igualmente, mataba, y admitía, que yo era un cazador.

Pero todo cambió cuando mi novia fue la presa de uno entre muchos asesinos ocultos en este lugar, me sentí devastado, y sin esperar al siguiente mes, mate a todos de un solo golpe, dejando un río de sangre en los pasillos blancos de esta posilga.

— no es nada Angelo, ¿de que te quejas? Antes te quejabas por qué hablaba demasiado, ahora, por que no me apetese hablar — dije irritado por haber sido interrumpido.

— ¡Wow relajate bro ! ¿Estas bien? Vaya que no estas de humor hoy — dijo él bebiendo de su jugo de naranja.

Así es idiota, bebe tu jugo y no me jodas la paciencia.

no, no estoy de humor, y no lo voy a estar ni hoy, ni mañana, ni pasado, así que no me jodas con tu mamad.....

Entonces las puertas del comedor se habrieron, una elegante y esbelta silueta femenina atravesó el umbral y creo, no fui el único que ahogo una exclamación de sorpresa y satisfacción.

Ella.

Era ella quien atravesó esas puertas, luciendo diferente, despampanante y hermosamente dominante, su largo cabello negro antes hasta sus caderas ahora estaba cortado por enzima de sus hombros, iba levemente maquillada, y un pendiente alargado brillaba en el lóbulo izquierdo de su oreja.

— está hermosa..... — voltee a mirar a Angelo que había murmurando aquello y él al percatarse se sonrojo y apartó la mirada.

Caminaba con paso fuerte y decidido, sus pies no casaban los típicos zapatos escolares, sino un par de botines negros que la hacían ver más alta, sus labios acorazonados estaban pintados de un borgoña brillante y cremoso, provocativo a mi parecer, mientras que sus hermosos e intimidates ojos azules bajo sus párpados entornados buscaron entre todas las mesas de la cafetería.

Amara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora