Pov. Amara Riddle
Al bajar las escaleras nos encontramos con los chicos, grande fue mi alivio al ver a Sandro. Corrí rápidamente y me Lanze sobre él, lo abrace con fuerza enterrando mi rostro en su cuello, el rodeo mi cintura y correspondió mi abrazo, permitiéndome sentir la preocupación y desesperación que sentía en esos momentos.
— Sandro, me alegra que estes bien — le dije al separarme, el me miró con los ojos empañados. — ¿todo bien? — pregunté yo al ver su mirada cristalizada.
— yo... Estoy bien, hay que salir de aquí cuanto antes — dijo poniendo una expresión seria, miro a Deiner, quien asintió con afirmación.
— ¿donde está mi hermana? — le preguntó Deiner a Sandro, quien miró a Fede con preocupación, Fede se mantenía en silencio.
Raro....
— no lo sé, pensé que estaba con ustedes, no la hemos visto desde que la caldera explotó — informó Sandro, mire a todas partes viendo la sangre y cuerpo tirados en el suelo.
Uno de eso podría ser ella....
Me negué la cruda idea a mi misma, sabiendo muy en el fondo que podía tener razón, y ella podría estar muerta. Me negaba, pues ella era mi única amiga, no podía concebir la idea de que algo malo le allá pasado, ella era fuerte, casi tanto como yo, pero desarmada, corría peligro a comparación mía, que iba equipada con armas de guerra...
— ¡¿que?! ¡¿Como que no saben donde esta?! — grito Deiner alterado, coloque una mano sobre su pecho cuando lo vi con intención de irse sobre Sandro.
— ya basta. Vamos a buscarla, de todas maneras tenemos que encontrar a los demás — dije con firmeza, ambos se miraron con rencor y luego de unos minutos Deiner volvió a su lugar.
— bien — dijo entre dientes, yo asentí mirándolos a cada uno y empecé a caminar por el pasillo atestado de muerte.
Mientras Caminaba con cautela entre los cuerpos, no se me pasaba inadvertido el echo de que a algunos de los cuerpo — entre ellos conocidos y otro no — le faltaban pedazos de carne, tenían mordidas u otros estaban despedazados, algo me decía que todo aquello había sido provocado por criaturas como la que vimos la noche en que quisimos entrar a la oficina del psicólogo.
Psicólogo....
Recordar el comienzo de todo me era nostálgico y chistoso a la vez, ¿quien iba a imaginar que de la tranquila fachada de una institución psiquiátrica pasaría a ser un matadero, misterios y asesinatos sin resolver? Era increíble como el tiempo podía cambiar todo para bien o para mal.
A pesar de todo, había tenido buenos momentos en este lugar, había echo amigos y podría decirles que había encontrado algo parecido al amor, pero aún así, ver todos esos cuerpo de chicos y chicas muertos y despedazados no me generaba ninguna emoción, ningún remordimiento, para mi, solo eran cuerpo, solo eran personas que dejaron de existir y punto, sin importancia.
Había llegado aquí con el fin de matar al cazador por asesinar a mi madre y para liberar a Deiner Fell Foster Pride mi primer amor y el hombre que me salvo de las garras de mi tío, al que yo creí mi padre y huir lejos. Pero las cosas habían cambiado, y me encontré con mi antiguo guarda espaldas, Jasper O'Brien quien al parecer nunca había dejado de cuidar de mi y terminé teniendo sentimientos por él, me encontré con la hermana de mi novio quien terminaría convirtiéndose en mi mejor amiga, encontré al chico que siempre me miró a la distancia durante la mayoría de mi infancia y la persona que me terminaría dando la bienvenida a este infierno llamado Génesis, Dominic Foster.
Había más que contar en esta historia, pero no contaba con el tiempo suficiente como para concentrarme en ello, las explicaciones por ahora estaban de más, pues la prioridad en estos momentos era salir con vida de este lugar, que saliéramos todos y pudiéramos marcharnos sin mirar atrás.
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Amara
RomantizmUn psiquiátrico. Un montón de mentes rotas. Algunos se llaman presas, y otros cazadores. ¿La verdad? Aquí, nadie sabe quién es quién, pero si hay una ley, si te duermes, te cazan, y no precisamente en un altar. El caos reina es este lugar sin nombre...