Pov. Narrador Ominiscente.
El fuego se expandió a lo largo del bosque, dañando todo a su pasó.
Los estudiantes del Génesis despertaron alarmados por el aroma del humo dentro de sus dormitorios, pronto todos empezaron a correr alarmados, preguntándose ¿de donde viene el humo? ¿Hay un incendio?
Nuestra extraña protagonista se aseguró de poner a su mejor amiga a salvo en su cama, la cubrió con las mantas y se asomo a la ventana, disfrutando de ver arder la joya más preciada del cazador.
- ¡No salgan de sus dormitorio, lo tenemos todo controlado! - gritaban por los pasillos, mientras ella se regocijaba de que fuera mentira.
El fuego amenazaba con quemar el 40% del bosque, con sus animales incluso, mientras que aquella inocente chica de intensos ojos azules y cabello negro sonreía tenuemente viendo el infierno ante sus ojos, pero lo peor serían los macabros pensamientos que le surcaban por la cabeza, haciendo de la escena para ella algo más admirable y digno de ver.
Pero el fuego llegó a tocar una edificación oculta en el bosque, una edificación que para aquel detestable hombre era muy especial, y ella lo sabía. Sabía cuan importante era y decidió quemarlo, decidió destruirlo como mejor le parecía, mientras se reía, pudo divisar a los estudiantes salir al patio y contemplar como el fuego avanzaba en una línea hasta el césped a medio patio y cruzaba el jardín para llegar a las rosas que alguna vez adornaron la entrada.
La directora que inestablemente seguía en su puesto en el Génesis llamó a los bomberos para apagar el incendio que acrecentaria la ira de su hijo.
Habían tocado algo crucial para él, mientras que sólo podía verlo arder en llamas y llorar por él, ¿quien podría hacer esto? Incendiar a su creación más grande, a su obra maestra ..... Él sospechaba de tantas personas, quería matarlas a todas, hacer que ardan también, pero no tenía pruebas más que impulsos que no le servirían para nada, él no quería causar más desastre, por que se vería expuesto, por ahora.
Todos se preguntaban quien había sido, sospechando de ellos unos à los otros, era fácil culpar a cualquiera, pero lo que en realidad querían era que la ira del cazador cayera sobre alguien más y no sobre sus cabeza, todos ellos sabían que la persona que lo había hecho había colocado una guillotina sobre las cabezas de todos.
Nadie tocaba el bosque del cazador.
Eso era pecado.
Y entonces el diablo tomaría represalias contras todo aquel que encontrará en su camino, y sólo entonces, cuando él brillante césped del instituto estuviera bañado en sangre, no se sentiría satisfecho.
Aquella persona había firmado una sentencia sobre todos los que se encontraban dentro del instituto Génesis, sin siguiera saberlo, pero incluso, había firmado la suya.
Nuestra protagonista gozaba, sonreía mientra veía, como aquel chico de cabellos rojizos lloraba.
Sí, ella ya sabía quién era, ya sabía que siempre le había estado engañando con una cara de inocencia fingida, que todas aquellas dulces sonrisas habían sido fingidas.
- Caerás en mi infierno - murmuró ella mientras lo miraba, él le daba la espalda, sin darse cuenta de que pronto, él sería el siguiente objetivo. - y voy a gozar verte arder en mis llamas.
Mientras que ella extresaba sus más insano deseos mirando por la ventana, su amiga despertaba del efecto del cloroformo, mareada y confundida, miró la silueta de su amiga en la ventana.
- ¿Amara? - llamó ella, y fue cuando contempló la verdadera apariencia del diablo.
Su amiga vestida de negro, miraba por la ventana hasta que escucho su nombre, ella volteo lentamente mientras su cabello era agitado por el viento caliente que arrojaban las llamas del bosque, Carolina se sintió aterrada, al contemplar lo que siempre estuvo a plena vista y nunca pudo encontrar, la expresión de Amara era seria, mientras que en sus ojos azules se reflejaban el brillo de las llamas, Carolina la miró con horror, sintiendo como el frío del miedo calaba su cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Amara
RomanceUn psiquiátrico. Un montón de mentes rotas. Algunos se llaman presas, y otros cazadores. ¿La verdad? Aquí, nadie sabe quién es quién, pero si hay una ley, si te duermes, te cazan, y no precisamente en un altar. El caos reina es este lugar sin nombre...