Pov. Amara Riddle
3 meses después
Conseguí que me trasladarán nuevamente a mi dormitorio el mismo día, Carolina se comprometió a cuidarme y pues, terminó siendo ella mi especie de enfermera personal.
Nadie sabía lo que me había pasado, además de los chicos y mis amigos, quines habían estado conmigo.
Darien entraba por las noches al dormitorio mientras Carolina dormía y se quedaba hasta tarde cuidando de mí, me preguntaba cómo estaba y a veces, traía comida para mí, si tenía hambre, se acurrucaba a mi lado y acariciaba mi cabello y mi cuerpo antes de dormir.
Conversábamos en voz baja constantemente, hablando de cosas de los dos, conociéndonos, descubriendonos. Todo parecía perfecto, pues Caro, no tenía que ir a clases con la excusa de cuidarme, Darien venía por mi al dormitorio y dormía largas horas a mi lado con la excusa de cuidarme.
Todo iba bien.
Hasta que tuve que volver.
La herida en mi pie casi cicatrizaba por completo, pero seguía sintiendo un poco de dolor en la zona, sin contar con los múltiples golpes en mi cuerpo que aún no desaparecían. Esa mañana me había arreglado con el uniforme, mi cabello estaba más largo, ya me llegaba por debajo de los hombros, me maquille con ligereza, pues había aprendido ciertas cosas al pasar más tiempo con Carolina.
Salgo con su ayuda, y caminamos por los pasillos rumbo al instituto para ir al comedor.
Al pasar el puente, rememoró lo que había pasado hace tres meses, lo que había vivido, el horror, la sangre, los monstruos.... Ahora el cazador no sería nuestro mayor enemigo, sino las Bestias sobrenaturales que rondaban los pasillos, ¿como podía ser eso posible a caso?
— ¡hasta que por fin llegan! — dijo Sandro, él se levantó de su asiento y ayudo a Caro conmigo.
— Buenos días — les saludo, ellos dejan nuestras bandejas frente a nosotras y nos sonríen. — buenos días, ¿como te sientes Amara? — me pregunto Fede, quien había ido mejorando su relación conmigo.
— me siento bien Fede, todavía me duele un poco el pie, pero por lo menos no me lo arrancó — intente bromear, pero obviamente, hacer memoria de lo ocurrido no era para nada gracioso.
— todavía no puedo creer lo que pasó — comentó Carolina, quien picoteaba su ensalada sin mirar a nadie en especial, pensativa. — yo tampoco, ¿Pueden creer que todos andan muy tranquilos sin saber nada de esto? Joder ¡casi morimos! — dijo Fede, mientras Sandro me miraba fijamente.
Le mire a los ojos, perdiendome en el verde de sus ojos, sus pupilas se dilataron y yo frunció el ceño levemente, apreté los labios y le mire de igual forma, ambos sabíamos lo que queríamos decirnos, pues, era fácil para nosotros interpretar este tipo de mensajes.
— Carolina — le llame, ella volteo a verme — el día que Dominic nos invitó a ir a la Fogata, ¿pudimos correr el riesgo de ser comidas por algo como lo que nos atacó? — inquiri yo con algo de terror.
— están por todas parte — alcanzó a decir, ella suspiro y volvió a mirar al frente. — el cazador, los monstruos, la muerte, hay tantas cosas en este lugar, he estado sospechando esto desde hace tiempo..... Amara, perdona que no te lo haya dicho antes, pero no sabia como decírtelo, — dijo ella apretando mi mano.
— esta bien
— » la salida por las noches no están restringidas por el echo de que es de noche, sino por el peligro que corren los estudiantes pasadas las doce y las once, siempre se manifiestan estas cosas en cuanto se acerca la hora, no sé por que, pero el cazador es el único que puede pasar entre ellos y no ser devorado, es algo que ni yo me explico — dijo ella, pude reconocer el pasmo en su voz, yo pasé un brazo por sus hombros.
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Amara
RomanceUn psiquiátrico. Un montón de mentes rotas. Algunos se llaman presas, y otros cazadores. ¿La verdad? Aquí, nadie sabe quién es quién, pero si hay una ley, si te duermes, te cazan, y no precisamente en un altar. El caos reina es este lugar sin nombre...